Los iraníes y venezolanos que forman parte de la tripulación del vuelo investigado no hablaron aún ante la Justicia, pero sí lo hicieron a allegados: sostienen que eran 19 y estaban juntos porque los primeros le daban las instrucciones de vuelo del Boeing 747 cuando pasó de manos de una empresa iraní a Venezuela en enero de este año.
Es un argumento en línea a lo que declaró, sólo en base a deducciones, el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi.
Según esa versión que los investigados dejaron correr, al ser un avión de gran porte, requiere de algunas especificaciones de mecánica, mantenimiento y vuelo. Por eso, los iraníes viajaban en conjunto con los venezolanos cuando la aeronave en enero pasado fue comprada por Emtrasur a la iraní Mahan Air, esta última sancionada por los Estados Unidos.
Por otro lado, la tripulación niega que hayan desactivado el Transporter como se aseguró. Es el GPS que marca el recorrido del avión antes de su aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Desde la defensa que asumirán los iraníes y venezolanos en caso de prosperar una acusación en su contra, se halla un punto dudoso que tiene que ver con el allanamiento a la aeronave cuando aterrizó: la misma no se hizo bajo orden judicial y ese es un argumento del cual puede cuestionar la estrategia legal de la tripulación.
Por el momento, el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena no imputó a ninguno de la tripulación en particular y se aguarda el resultado del peritaje sobre los teléfonos y otros dispositivos que han secuestrado.