El transporte público del Reino Unido se ve afectado por una nueva jornada de huelga, tras las movilizaciones del sector ferroviario del jueves y del subte de Londres del viernes, en todos los casos para protestar contra la fuerte inflación y la pérdida de poder adquisitivo.
La medida de fuerza la llevan a cabo los sindicatos Rail, Maritime and Transport (RMT); Transport Salaried Staffs Association (TSSA) y Unite, por lo que estimaban que solamente circulará uno de cada cinco trenes que lo harían habitualmente en una jornada sin paro.
Las negociaciones con la multitud de operadores ferroviarios privados que hay en el país están estancadas.
El ministro de Transporte, Grant Shapps, acusado de bloquear la situación, culpó a los gremios de negarse a aceptar reformas para modernizar el sector y aseguró ayer que podrían ser impuestas por la fuerza.
La huelga de este sábado afecta sobre todo los desplazamientos de los turistas, de los hinchas de fútbol que quieran ir a ver partidos al estadio y de los asistentes a festivales veraniegos.