El refrán dice que siempre que llovió paró y Colón, con la goleada ante Estudiantes 4-2, también le puso fin a la malaria. En esto tuvo que ver el arribo de Marcelo Saralegui, en otro parche en esta Liga Profesional luego de que no aparecieran los resultados con Julio Falcioni, Sergio Rondina y Adrián Marini.
Llegó para dar una mano por estos seis partidos finales de campeonato, y ya se ganó "la primera final", tal como lo dijo el uruguayo en conferencia de prensa. Solo tuvo dos prácticas como para que se viera su toque, sino que directamente apeló a levantar la moral de un grupo prácticamente demolido por el presente.
Fue así como en el estadio UNO, Colón encontró la recuperación en una función a todas luces, con un Pulga Rodríguez en su esplendor y con rendimientos muy mejorados. Así, se sepultó la racha adversa de tres derrotas en fila y de seis sin ganar, para intentar salir de los últimos puestos.
Además, se volvió al triunfo de visitante, que era otro aspecto magro en una campaña para el olvido. Un bálsamo que llegó con Saralegui, que dijo estar para lo que lo necesiten y, tras seis años sin dirigir, vino a Colón para que haya al menos, un momento de tranquilidad y un mejor clima.