En medio de la disputa con Tamara Báez, quien lo denunció por violencia y amenazas y recibió un botón antipánico, L-Gante se quebró ante las cámaras. "Yo quiero ver a mi hija. Ella es chiquita, crece y yo me estoy perdiendo todo lo que está aprendiendo", manifestó entre lágrimas el joven oriundo de General Rodríguez, en referencia a Jamaica, de 1 año.
"Me han hecho muchas denuncias, acusaciones. Que supuestamente le robé zapatillas, que le robé el caniche... Cuando hacés algo con maldad, te olvidás de la lógica y yo sé cómo terminan esas personas: regalándose en su misma palabra, en sus mismos autos", señaló en diálogo con Socios del espectáculo. Y desmintió haber llevado a su hija a lo de Báez con olor a marihuana: "Eso es algo de su imaginación. Tenés que ser un mal padre para hacer eso, yo no estoy fumando marihuana y a ella no le da la cara para decir eso. Si yo hablara...".
Por otra parte, aseguró que es un "caballero" y que por eso, no quiero seguir hablando de Tamara, a quien conoce desde su adolescencia. "Siempre busco soluciones, pero pareciera que tengo que pagar un secuestro. Desde que comenzó esto le di lo que quería, nunca firmé nada por confianza y un día me hace esto", manifestó e insistió en que está dispuesto a arreglar sus diferencias. "Me acuerdo bien cuando salí en todos los canales diciendo que era la persona que me apoyaba", concluyó, visiblemente angustiado.
Tamara Báez recibió un botón antipánico
Luego de haber acusado al cantante de haber entrado a su hogar y de llevarse sus pertenencias, Tamara hizo formalmente una denuncia, acompañada por su abogado, Juan Pablo Merlo. "Me apoyo en mi mamá y en mi la hija", declaró para las cámaras del programa de Rodrigo Lussich y Adrián Pallares. "Ahora puedo hacer lo que quiero, antes no quería. Tenía mucho miedo de que le hiciera algo a mi entorno", agregó y entre risas contó que debía buscar el botón antipánico que le otorgó la Justicia.