Kanye West supo ser el rapero más exitoso de la historia. El mundo entero se rendía a sus pies y a medida que su carrera avanzaba, su billetera se abultaba, ya que todas las marcas lo querían como cara visible por su poder de influencia.
En el último tiempo, una serie de escándalos acorraló al cantante y desmoronó su castillo de naipes, haciéndole sufrir pérdidas millonarias y opacando para siempre una carrera única.
A principios de octubre, West realizó una serie de apariciones públicas donde pronunció comentarios antisemitas y teorías de conspiración. A la vez, criticó el movimiento de la comunidad negra y sostuvo que "Black Lives Matter" fue una estafa.
Se lo ha visto lucir ropa con el mensaje "White Lives Matter" y realizar publicaciones contra la comunidad judía en redes sociales, algo que desembocó en un bloqueo directo de Instagram y Twitter.
Compañías como Adidas, Balenciaga, GAP y VOGUE dieron de baja sus contratos. Aunque West represente un 10% de sus ganancias anuales, sacarán todos los productos relacionados con el rapero que tenían en el mercado.
“No toleramos el antisemitismo ni ningún otro tipo de discurso de odio”, publicó la empresa de las tres tiras, que perderá US$250 millones en 2022.
La desvinculación no es solo económica: jugadores de la NBA y NFL ya no quieren ser relacionados con su nombre e incluso se desvincularon de su agencia de talentos llamada CAA. El museo Madame Tussauds, por su parte, quitará su estatua de cera que se exhibía desde 2015.
A pesar de tantos escándalos, el ex marido de Kim Kardashiam se autoproclama el “salvador de la humanidad del siglo XXI” y cree que sus dichos son “la verdad”.