Dos activistas ambientales se adhirieron este miércoles con pegamento a la famosa obra de arte Latas de sopa Campbell del artista estadounidense Andy Warhol, en la Galería Nacional de Canberra para exigir al gobierno de Australia que deje de subsidiar los combustibles fósiles.
“Estamos en una emergencia climática”, dijo una de ellas al pegarse a la obra. La protesta se suma a las sucedidas en las últimas semanas en museos europeos.
Un vocero de la Policía del Territorio de la capital australiana, que integra a Canberra, afirmó que el pegamento con el que se adhirieron “no era muy bueno”, y que las activistas lograron salir de la galería antes de que pudieran ser detenidas.
El grupo Stop Fossil Fuel Subsidies, que se ha declarado responsable de la protesta, publicó en Twitter el vídeo en el que aparecen dos personas disfrazadas con pelucas pintando sobre el cristal que protege la obra de Warhol, escribiendo consignas como “crisis climática” o “protesta artística”.
Este grupo, que acusa al Ejecutivo de Camberra de dar a la industria de combustibles fósiles unos 7.545 millones de dólares estadounidenses, exigió que Australia reduzca las emisiones de dióxido de carbono y deje de aprobar nuevos proyectos de explotación de gas y carbón.
La protesta sigue la línea de otras que sucedieron en las últimas semanas en Europa, como la de este sábado en el Museo Nacional del Prado, en Madrid, cuando dos activistas se pegaron a los marcos de La maja desnuda y La maja vestida, de Francisco de Goya. Apenas un día antes, cuatro activistas ecologistas habían lanzado sopa de guisantes sobre el cuadro El Sembrador (1988), de Vincent Van Gogh, y se habían adherido con pegamento al muro donde estaba expuesto, en el museo del Palacio Bonaparte en Roma. En octubre, otros dos ecologistas lanzaron sopa de tomate a Los Girasoles, también de Van Gogh, en la National Gallery de Londres. La semana pasada, además, atacaron La joven de la perla de Vermeer en La Haya.