Con el convencimiento de apostar fuerte a las bases para promover jugadores a la primera división, Alma Juniors demostró ser un equipo comprometido, trabajando duro y compitiendo.
Con Franco Porta como cabeza de grupo, el plantel debió adaptarse a lo que pretendía el nuevo cuerpo técnico. “Fue un año intenso, de mucho trabajo personal como grupal en donde buscamos mejorar en cada práctica, con los recursos que nos daba el cuerpo técnico, para poder llegar a fin de año metiéndonos entre los mejores cuatro equipos”, sostuvo Guillermina Nagel.
Sobre las intenciones que impuso el nuevo entrenador, la marcadora central sostuvo que “La idea de juego que propuso Franco fue fácil de comprender buscando siempre que el equipo sea el protagonista, teniendo una identidad de juego en donde sea la bocha “la que mas corra” y buscando ser decisivas tanto en el área rival como en la propia. Así se dio que en el primer torneo saliéramos invictas en Sub-19 pero no pudiendo coronarlo por tan solo un punto”.
El plantel confió en su trabajo y capacidad. “Desde la pretemporada, con el DT buscamos en todas las categorías del plantel mayor mejorar posturas y perfiles tratando de seguir la regla de “intención, postura, perfil y paciencia” que era lo que más nos costaba y lo cual seguiremos trabajando”, aseguró Guille Nagel.
La “china” resaltó el progreso que expresó el grupo en cancha. “A lo largo del año afianzamos conceptos técnicos y tácticos exigiéndonos siempre para poder crecer como jugadoras y cumplir con los objetivos que planteamos al principio de la temporada los cuales, en su mayoría, logramos cumplir. El equipo supo mantener la calidad e identidad de juego durante todo el torneo”.
Pese a las adversidades que se sucedieron, las “lobas” no se dieron por vencidas. “Al llegar a los playoffs tanto nosotras como los demás equipos buscamos el primer puesto por lo que cualquier error durante el partido nos podía costar jugar la final, lo cual nos pasó. Una diferencia con el primer tramo del año fue que tuvimos bajas que afectaron los cambios que pudiéramos llegar a tener. A pesar de que las chicas de Sub-16 nos daban una mano, ya tenían el cansancio de su propio partido pero a pesar de esto nuestra fortaleza fue que la actitud nunca se negocia”, dejó en claro Nagel.
Por otro lado, Guille defendió su rendimiento durante los partidos. “En lo personal, busqué siempre mejorar. La paciencia, tenencia y protección de la bocha son unas de mis virtudes, y gracias tanto a mis compañeras como cuerpo técnico fui reforzando mi confianza a la hora de tomar decisiones durante el juego, así fortaleciendo mi identidad dentro del plantel”.