"Ya está, ya está", esa fue la primera reacción de Lionel Messi luego de que Gonzalo Montiel convierta el penal que significó la victoria de la Selección argentina en la final del Mundial de Qatar ante Francia. El rosarino fue figura, hizo dos goles en los noventa y en los penales también convirtió para comenzar a edificar una victoria histórica.
"Es mi último mundial. Falta mucho para el siguiente y por edad seguramente no me dé. Terminar mi camino en los mundiales disputando la final es una locura. Es impresionante y ojalá esta vez termine de otra manera", expresó el capitán luego de la victoria ante Croacia y, con su geste, deja en claro que será así.
A sus 35 años, el Mundial ya es suyo. Ni siquiera había nacido cuando la Albiceleste conquistó su última Copa del Mundo, al ritmo del genial Maradona, que parecía inigualable hasta que apareció Messi, que se ha rebelado contra la presión, ha soportado la responsabilidad y lo ha canalizado todo para emocionar a un país entero, liderar a un equipo que lo complementó como nunca y trasladar al césped la destreza técnica de Scaloni, un magnífico seleccionador, a la altura este domingo de Menotti y Bilardo.
La Selección argentina logró su tercer título mundial al imponerse a Francia en la tanda de penales (4-2) tras acabar la prórroga con empate a tres y devolvió a Sudamérica el cetro universal, que no ostentaba desde que Brasil se impuso a Alemania en el partido decisivo de Corea del Sur/Japón 2002.
La Albiceleste completó el trío de títulos después de los conseguidos como local en 1978 ante Países Bajos (3-1) y en México 1986 ante Alemania Federal (3-2). En total, Europa domina el palmarés de la Copa del Mundo con doce títulos, por los diez de Sudamérica gracias a los cinco de Brasil y los tres de Argentina y los dos de Uruguay.