"El submarino Titán perdió su capacidad de maniobra y comenzó a descender, pero sus ocupantes fueron plenamente conscientes de ello durante unos minutos que deben haber sido desesperantes". La frase pertenece a José Luis Martín, un español experto en submarinos.
Su hipótesis sobre los últimos momentos del Titán y sus ocupantes contradice lo que es la explicación oficial desde que se anunció la muerte de los 5 viajeros en su intento de llegar a los restos del Titanic.
La guardia costera de Estados Unidos y la empresa OceanGate - dueña del sumergible perdido - hablan de un "evento catastrófico" inutilizó a la nave y por la presión implosionó y sus ocupantes ni llegaron a comprender lo que sucedió en ese fatal desenlace.
Por el contrario, Martín dice que la nave - ya sin control - siguió bajando a las profundidades del océano. Pero sus ocupantes seguían vivos, agolpados contra el ojo de buey. Vieron como caían sin remedio por unos minutos, hasta que entonces sí, la implosión terminó con su padecimiento.
El español Martín, experto en submarinos tiene una teoría mucho más dura sobre el final de los ocupantes del submarino "Titán".
La tragedia y agonía de los ocupantes del Titán
Efectivamente, el submarino perdió su operatividad, pero no fue un suceso inmediatamente anterior a la implosión. Hubo una trágica transición que los ocupantes de la nave comprendieron perfectamente, según él.
La nave descendió unos 1.700 metros cuando de pronto, una falla lo dejó a la deriva. (No explica que pudo ser). Al no activarse el mecanismo para salir a flote, el submarino siguió bajando, pero por la fuerza de gravedad y su peso.
Aquí llega lo más dramático de la tesis del especialista español. Los 5 pasajeros no murieron de manera inmediata, porque no hubo implosión en ese momento. Como si fuera un torpedo sin energía, cayó hacia el fondo del mar con la proa apuntando en esa dirección.
Allí estaba el gran ojo de buey que permitía observar el océano. Pero con la nave en caída, las personas sumaron sus pesos corporales sobre el visor de la nave. Se agolparon y apretujaron en ese lugar sin poder evitarlo.
Entonces, según Martín, vieron perfectamente como caían hacia su muerte. Así cayeron otros 1.000 metros más. Desde el primer accidente, para el español, la nave quedo inoperable, pero no se averió y mantuvo el funcionamiento de la generación de oxigeno. Por eso, los tripulantes vieron desesperados como caían sin remedio hacia las profundidades que guardan los restos del Titanic.
Cuando Titán llegó a una profundidad de 2.700 metros aproximadamente, ( 1.000 metros antes de donde se encuentra el Transatlántico hundido en 1912) la presión se hizo insoportable para la estructura del sumergible.Se produjo la implosión que lo destruyó y acabó con la vida de sus ocupantes.