Este miércoles 30 de agosto se celebra el día de “Santa Rosa de Lima”, Patrona de América. En Argentina, la fecha se asocia con la ocurrencia de tormentas, que se conocen como “la tormenta de Santa Rosa”. Se trata de una creencia popular que sucede muy pocas veces aunque genera un gran interés.
Según un informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), este año Santa Rosa “estará bastante ausente”, al menos en la región.
El organismo detalla que habrá buen tiempo en la mayor parte del país y solo algunos lugares muy acotados pueden tener algunas lluvias o chaparrones, pero no se esperan tormentas fuertes como dice la leyenda.
⛈ El 30 de agosto se celebra el día de “Santa Rosa de Lima”, Patrona de América. Pero según la creencia popular, en esta fecha habrá una gran tormenta.
— SMN Argentina (@SMN_Argentina) August 30, 2023
¿En qué lugares se cumplirá esta leyenda? 👇🏽
En tanto, el SMN sostiene que aumentan las chances si se considera que la mítica tormenta de Santa Rosa puede ocurrir unos días antes o después. “El comienzo de septiembre llegará con tormentas a las provincias del Litoral", advierte.
Para Santa Fe, el pronóstico indica la probabilidad de tormentas aisladas para la noche del viernes y de chaparrones para las primeras horas del sábado. “Las condiciones irán desmejorando a medida que avance un nuevo frente frío e interactúe con el aire cálido en la región pampeana”, suma el SMN.
¿De dónde viene esta creencia popular?
Popularmente se conoce como tormenta de Santa Rosa a una tormenta muy intensa que ocutre alrededor del 30 de agosto en el sudeste de Sudamérica. La expresión tiene su origen en una leyenda de 1615 que atribuyó poderes místicos a Isabel Flores de Oliva, una religiosa beata peruana conocida como Rosa.
Según la leyenda, la ciudad de Lima estaba amenazada por un ataque de piratas holandeses. Rosa, conocida por su piedad y devoción, se retiró a orar en el desierto de Lima. Durante toda la noche, Rosa oró para que Dios protegiera a su ciudad.
Al amanecer, una fuerte tormenta azotó la costa, impidiendo que los piratas desembarcaran. Los holandeses, creyendo que se trataba de una señal de Dios, abandonaron el ataque y regresaron a su país.