Cocinar verduras frescas ayuda a liberar determinados nutrientes y productos fitoquímicos, que, de este modo, el cuerpo puede aprovechar mejor. Sin embargo, si no las cocinás adecuadamente, puede propiciar la pérdida de nutrientes básicos, como vitamina C y folato.
Para garantizar la conservación de estos nutrientes vitales, tené en cuenta estos consejos:
– Guardá las verduras con cuidado: la sección más baja de la heladera está diseñada para una mejor conservación de los vegetales que en la parte superior.
– Al cocinar no quites la piel a verduras como las zanahorias y las papas. Las vitaminas y los minerales a menudo se concentran en la piel o cerca de ella. Si vas a dejarla, lavá muy bien las verduras.
– Rebaná y cortá en trozos grandes para reducir el área superficial expuesta; así la pérdida de nutrientes será mínima. Cocinalas enteras siempre que puedas.
– Cociná tus verduras con la menor cantidad de agua posible. Las vitaminas solubles al agua pasan al agua de cocción y se pierden en el drenaje al tirar esta agua.