La poeta estadounidense Louise Gluck, premiada con el Nobel de Literatura en 2020, murió a los 80 años, confirmó su editor este viernes.
Nacida en Nueva York y considerada como una de las mayores figuras de la poesía en Estados Unidos, Gluck había sido recompensada por la academia sueca por "su inconfundible voz poética que con austera belleza universaliza la existencia individual". Fue la mujer número 16 en ganar el premio literario.
Según el diario The New York Times, que citó a su amigo y excolega Richard Deming, la escritora murió de cáncer este viernes en su casa en Massachusetts, Estados Unidos.
El trabajo de Gluck se basó en temas como la belleza simple de la naturaleza y la experiencia del mundo de un niño, así como en la evocación de historias de la mitología.
Louise Gluck, una poeta con una trayectoria notable
Ganadora de un premio Pulitzer en 1993 por su colección The Wild Iris, Gluck se convirtió en profesora a pesar de no haber terminado la universidad. También ganó un Premio Nacional del Libro y fue Poeta Laureada de Estados Unidos de 2003 a 2004.
Nacida en un suburbio de Long Island, nieta de judíos húngaros, su padre patentó, entre otros objetos, la navaja de precisión X-Acto y le leía clásicos griegos antes de acostarla. Una de sus hermanas murió antes de que ella naciera, lo que recordaba en algunas de sus obras. Sufrió anorexia de joven (experiencia recogida en Dedicación al hambre) y se confió al psicoanálisis para superar sus problemas.
Autora de más de una docena de poemarios, además de ensayos y una fábula, sufrió largos períodos de bloqueo creativo y entre sus libros destacan El triunfo de Aquiles (1985), Ararat (1990), El iris salvaje (1992) o Una vida de pueblo (2009), donde exalta una vida sencilla, natural, reivindicando el sosiego en comunidades pequeñas.
En Averno (2006) adaptó una obra de Pushkin. Su Noche fiel y virtuosa (2014) está dedicado a la familia. Buena parte de sus ensayos están recogidos en el volumen Pruebas y teorías.
“Para mí es tan obvio que escribir poesía es lo más milagroso que se puede hacer que tengo que recordarme a mí misma que no todo el mundo en el mundo quiere ser poeta -afirmó, en una entrevista–. Mucha gente no está ni remotamente interesada en la poesía, pero para mí está tan claro que, por supuesto, es lo que quiero hacer...”.