Para los más chicos, la lluvia suele ser sinónimo de diversión ya sea por disfrutar de largas jornadas de películas y dibujos a mano alzada, por hacer casitas con sábanas o una vez que merma el fenómeno meteorológico salir a la calle y jugar con barro y agua.
Los charcos suelen ser sus grandes aliados, sobretodo a la hora de armar los clásicos barquitos de papel que seguro algún adulto de la familia ya les enseñó a hacer con una hoja de diario que quedó dando vueltas o algún papel que ya no se utiliza en la casa.
Manos a la obra
- Materiales
- 1 hoja de papel
- Pasos
- Primero, dobla el folio a la mitad, como en la imagen.
- Ponlo en posición horizontal y pliega los bordes hacia el centro haciendo un pentágono.
- Ahora toma los pliegues inferiores y dobla hacia arriba formando un sombrero de papel.
- Repite el doblez. Esta vez hazlo con la parte inferior hasta que quede un triángulo con tres solapas.
- Por último, abre las palas laterales estirando hacia los lados para obtener el barquito de papel.
¿Por qué pueden flotar?
Estas construcciones caseras, bien realizadas obvio, tienen la facilidad de flotar sobre el agua: como está lleno de aire, al estar en el agua recibe un empuje hacia arriba igual al peso del volumen de agua desplazado. Si el peso del agua desplazada es mayor que el peso del barco, flotará (lo que sería la aplicación práctica del Principio de Arquímedes).