Shelley Walker, una madre de tres hijos en Essex, Inglaterra, dejó atrás los días de gritos y llamadas interminables para llamar a sus hijos a la cena. Harta de ser ignorada constantemente, esta mujer se las ingenió, decidió tomar medidas y transformó la experiencia de la hora de comer en su hogar.
Después de experimentar con una solución creativa, Walker compró tres timbres, cada uno por £11, y los instaló estratégicamente en las habitaciones de sus hijos. Toby de nueve años, Jackson de siete y Charlie de cinco, ahora responden rápidamente al sonido, reminiscente de la antigua tradición de anunciar la comida con campanas.
Walker, de 43 años y agente hipotecaria, compartió su historia después de que el ingenioso truco demostrara ser un éxito en su hogar. La madre explicó cómo el simple sonido de un “ding-dong”, acompañado de una luz intermitente en las habitaciones de sus hijos, revolucionó la dinámica familiar.
“Estaba harta de gritar arriba y de que me ignoraran”, compartió Walker, quien agregó: “Después de instalar los timbres, ya no tengo que gritar en casa, y lo mejor es que mis hijos se emocionan cuando uso el sistema”.
@shellwalker813 Anyone else sick of shouting upstairs, being ignored then running up to get the kids down for dinner?! I found these little beauties online yesterday that have worked a treat! You can stick them anywhere, they’re fully wireless and they do not interfere with each other’s signals. Now I can call the boys nicely without the frustration of shouting my head off 😂 #parenting #parentinghacks #doorbell #dinnersready #boymum #mumsoftiktok #parents #yes #comeondown #quietlife #modernfamily ♬ original sound - Shelley - UK property finance
La madre de tres hijos compartió un video en TikTok y, para su sorpresa, acumuló más de 1,2 millones de visitas y 6.000 “me gusta”. La innovadora solución de Walker recibió elogios de usuarios de todo el mundo que aplaudieron su creatividad y efectividad.
La idea surgió durante las festividades de Navidad cuando Walker se dio cuenta de que sus llamadas para la cena no estaban dando resultados. “Pensé que esto no era bueno y que debía haber una manera mejor, y fue entonces cuando encontré los timbres”.
Desde su instalación en el hogar, asegura que la atmósfera en su casa cambió, con menos ira y más armonía durante la hora de la cena. Animada por el éxito de su ingenioso truco, la madre de tres hijos recomienda esta solución a otros padres que puedan enfrentarse a desafíos similares.