Javier Mascherano, actual entrenador de la Selección Argentina Sub 23 que disputará el Preolímpico y símbolo del conjunto nacional de las últimas décadas, lanzó una categórica respuesta cuando le consultaron por el "club de amigos" de la generación subcampeona del mundo en Brasil 2014. A su vez, dejó en claro su deseo de que Lionel Scaloni continúe al frente del equipo hasta el Mundial 2026.
"¿Cuál club de amigos? ¿El que tuvo que pagar un chárter para la familia y para ir a jugar una final de América porque nadie ponía la plata? ¿El que se tenía que pagar los pasajes en business para venir a jugar? Si eso es una inadecuada autogestión… bueno", fue lo primero que dijo el Jefecito en una extensa entrevista con La Nación.
En ese sentido, luego enumeró a los técnicos de aquella etapa de la Selección luego de la salida de Alejandro Sabella tras la derrota en la final del Mundial de 2014: "Después, los entrenadores… Si éramos tan poderosos, ¿por qué no siguió Sabella? Ni lo pudimos convencer. A Martino lo eligió Segura tras la muerte de Grondona. ¿A Bauza quién lo trajo? El Comité de Regularización. ¿Lo pedimos nosotros? No, ¿quién de nosotros lo había tenido a Bauza? ¿A Sampaoli quién lo trajo? Tapia. ¿Y quién lo había tenido de nosotros como técnico? Ninguno. Entonces, ¿cuál es la autogestión? Ahora, que cada uno se haga cargo de lo suyo".
"Yo me puedo hacer cargo de que perdí tres finales, o cinco, perdí las cinco, me hago cargo. Ahora, que los entrenadores se hagan cargo de que a los jugadores los elegían ellos, no los elegía yo. Y las reuniones con Sampaoli en Rusia… En todas las reuniones hubo testigos, estaba el presidente de la AFA. Ya está, me alcanza y me sobra. Si yo me hubiese manejado mal, hoy no estaría en la AFA. A mí me llamó Tapia para estar acá, no fue que vine un día y me metí de prepo. Me llamaron él y Scaloni. Esa es la verdad. Me han preguntado por qué me fui de la Sub 20 después del Sudamericano. Cuando notás que generás mucho ruido en un ambiente que está calmo, relajado, lleno de felicidad te preguntas: 'che, si soy yo el que genero el ruido, mejor doy un paso al costado'. Después, te dicen que vos no sos un problema y bueno. Yo lo que no quiero es molestar", añadió, sin filtro.
Por otra parte, Mascherano aseguró que fue "parte de un proceso que sería el ideal para un jugador, empezando en la Sub 15 y terminando en la mayor, jugando muchos años y muchos partidos" pero considera que la gran diferencia es que no logró conarse en un Mundial. "Pero para mí, en la historia quedan los campeones del mundo. Claramente. Ellos son los que marcan la huella. Al fútbol se juega para ganar", dijo.
Más allá de eso, el Jefecito -uno de los máximos símbolos de la Selección en las últimas décadas y multicampeón con el Barcelona en su época dorada- reveló que no cambiaría nada de su carrera: "No, ninguno, no quiero cambiar el destino. Sería muy ventajero de mi parte querer cambiar el destino. Yo lo veo de otra manera: ¿por qué tenía que jugar 20 años en la selección? ¿Dónde estaba escrito? Por qué querría cambiar lo que no salió bien. Entonces, también cambiemos lo que salió bien. ¡Pongamos en riesgo todo! Y que salga lo que salga, y por ahí no juego nunca en Barcelona, no gano ninguna medalla olímpica. No".
"Todos queremos ganar, pero lo que le da sentido al fútbol es vivir los momentos. Yo no me arrepiento de haber jugado la final del mundo, más allá de haberla perdido, porque sé lo que se siente jugarla. Y eso me lo voy a llevar conmigo. Y ojo, no me engaño: hay una diferencia abismal entre ganarla o perderla, pero yo me quedo con las partes positivas. Lo único que me faltó fue jugar una final de Copa Libertadores, después, todas las otras finales las jugué. ¿Y me voy a quejar? Mierda, che… ¿quiero más? ¿Y para qué quiero más?", expresó.