Hernán Laginestra asumió su cargo en Peñarol en los primeros días de diciembre y al repasar ese momento dijo que "llegar a una institución tan prestigiosa, que no estaba pasando un buen momento en lo deportivo, y que me recibieran realmente muy bien, me hizo sentir cómodo desde el primer día que pisé Peñarol. Y eso me ayudó también a adaptarme a un club como Peña. En lo deportivo sucedieron cosas que fueron muy rápidas. Eso nos dio confianza, empezar a ganar temprano nos puso bien anímicamente, hicimos un click muy grande".
"Las prácticas fueron realmente intensas, duras, defensivas. Y el equipo empezó a creer que podía salir de esa mala situación. A partir de eso empezamos a crecer como grupo. Lo hicimos realmente en todos los apartados del juego. El plantel encontró rápidamente su lugar. Los relevos dieron su cuota para que al equipo se lo vea sólido, unido. Y que podamos jugar realmente con una ficha menos y con algunos faltantes. Por ejemplo, fuimos a Quimsa en Santiago del Estero, ganamos el partido, teníamos una ficha menos y además jugamos sin Monacchi" agregó.
Laginestra tomó el mando con un récord 1-10 y en sus primeros cuatro juegos consiguió las cuatro victorias, "eso nos generó estabilidad emocional y nos permitió tomar un rango de regularidad notoria. También generó que el jugador crea en nuestra propuesta, de esa manera yo me sentí seguido por ellos y ellos se sintieron guiados por mí. Hicimos una comunión que resultó que podamos competir a gran nivel. Ir de visitante a tratar de ganar los partidos y no sólo a presentarnos o a competir, fuimos con la mentalidad de ganar".
Y añadió: "El equipo ha crecido mucho. Individualmente estoy muy contento con ellos porque seguramente van a venir cosas muy buenas y son grandes muchachos, gente honesta, trabajadora. Y también por lo colectivo, porque uno cuando ve el partido del equipo que dirige, después del juego cuando llega a su casa, le gusta ver que las cosas que se entrenaron están asimiladas y salen bien. De esa manera, uno se puede ir a dormir tranquilo aun cuando pierde, que el equipo está por buen rumbo".
Con respecto a depender de una derrota de Ferro (frente a San Lorenzo) para mantener el puesto 12 y jugar los playoffs, expresó que "lo que no depende de nosotros no lo podemos manejar, lo que dependía de nosotros lo manejamos, lo hicimos bien y tuvimos éxito. Simplemente estamos tranquilos por eso. Entrenamos como si tuviéramos que jugar dentro de dos días. Realmente estamos acá en el club trabajando como lo hicimos desde mi llegada, trabajando fuerte todos los días".
"Me enorgullece saber que pude venir a un club necesitado de triunfos y pude ayudar. Sé que no soy el único responsable. Las patas de la estructura se alinearon, la gente de Peña apoyó mucho. Siempre fueron positivos con el equipo y el equipo se lo devolvió. Tuvimos un condimento especial y fue el contagio de los hinchas. Sin ellos no se hubiera armado tan rápido esa bola de fuerza que se produjo a partir de lo que el equipo ofrecía en la cancha y lo que contagiaba", indicó el coach que, desde su llegada, el equipo promedió 10 puntos más a favor y 10 puntos menos en contra.
En los últimos dos juegos el público de Peñarol coreó su nombre y el entrenador comentó su sensación, "tengo que agradecer, sentí una emoción muy grande. Por acá pasaron figuras históricas de la Liga, y de repente estar dirigiendo un partido y que canten el apellido, a un entrenador lo reconforta. Pero también la gente en este club sabe de básquet, y supo reconocer que el equipo lo dio todo. Ellos se sintieron identificados con nosotros. Y ese canto final, que fue un mimo al corazón, también yo lo asocio con lo realizado por el equipo entero y no solamente a mí", cerró.