La Selección Argentina de handball se despidió de los Juegos Olímpicos de París con una nueva derrota: esta vez 34 a 27 ante Egipto. En encuentro en el que los Albicelestes dieron batalla a su rival durante todo el juego.
Conscientes de que el duelo con los norteafricanos ponía fin a su presencia en la capital francesa, Los Gladiadores se empeñaron en despedirse con el mejor sabor de boca posible y protagonizaron sus mejores minutos de juego en el torneo. Sólido en defensa, gracias a la fortaleza de la pareja que conforman Lucas Moscariello y Nicolás Bonano, y efectivo en ataque, con un Andrés Moyano inspirado, el conjunto argentino llegó a contar con una ventaja de cuatro tantos (5-9) a los doce minutos de juego.
Intensidad defensiva que permitió a los de Guillermo Milano dejar sin anotar durante casi ocho minutos a una selección egipcia que no sólo llegaba a la cita con el billete para cuartos ya asegurado, sino convertida en una de las grandes sensaciones del torneo tras empatar con Francia (26-26) y ganar a Noruega (26-25), algo que demostró en el tramo final del primer tiempo.
Dieron un paso adelante tanto en defensa, con la irrupción del portero Karim Hendawy, como en ataque, donde despertó definitivamente el lateral Ali Zein. Una reacción que no logró contener Argentina, que vio cómo poco a poco iba mermando su ventaja hasta quedar reducida a la mínima expresión (14-15) al llegar el descanso.
Nada cambió en el inicio del segundo tiempo, en el que Egipto, cada vez más lanzada, pareció acabar con las esperanzas argentinas, que, atascada en ataque, se encontró con una desventaja de tres tantos (19-16) en el marcador. Pero ni así se rindieron los Gladiadores, que en una muestra de coraje lograron igualar el marcador (19-19). Sin embargo, Egipto apretó y Argentina no pudo evitar cerrar sus actuación en los Juegos Olímpicos de París con una nueva derrota (34-27).