Los perros, al igual que las personas, pueden sentirse felices o, por el contrario, tener ansiedad o incluso sufrir depresión. Son animales muy sensibles y pueden tener cambios de ánimo según las diferentes situaciones. Como no hablan, hay que saber interpretar las pistas que indican que están contentos, como las que se detallan a continuación.
No pierde el apetito
En general son muy comilones, a no ser que tengan algún problema, ya sea físico o psicológico. Si está enfermo o se deprime es normal que pierda el apetito. Un can feliz te pedirá comida y devorará todo lo que le pongas en su cuenco.
No olvides que cuando come el mismo alimento día tras día es posible que se aburra y deje de tragarse toda su comida de golpe. En este caso tenés que atender a las demás señales para cerciorarte de que no ha dejado de comer por otros problemas.
Siempre quiere jugar y pasear
Un perro activo es un perro feliz. Ya sea con su tutor o con otros animales, suelen ser muy juguetones. Además, siempre están dispuestos a dar largos paseos con los que liberar energía. Hay algunos más dinámicos que otros, pero tenga la energía que tenga, siempre querrá pasar ratos de paseo y de juegos.
Duerme el tiempo suficiente
Un perro adulto duerme unas 16 horas al día, mientras que los cachorros necesitan hasta 20 horas de sueño. Una mascota feliz necesitará las horas justas de descanso para reponer fuerzas y volver a tener energía para seguir pidiéndote juegos y paseos.
Si duerme más de lo necesario puede ser que sufra algún problema como depresión, aburrimiento u otras enfermedades como moquillo o parvovirus. Es importante que prestes atención para descubrir la causa.
Te pide cariño
Un perro feliz adora estar cerca de sus seres queridos y compartir momentos juntos. Te pedirá juegos, caricias y cariño varias veces al día y te enseñará la barriga para que se la rasques. Esto es señal de que confía en vos y se siente a gusto y seguro con tu compañía.
Le gusta curiosear
Les encanta descubrir el mundo que les rodea, oler y revisar las cosas nuevas y los lugares desconocidos. Un perro que no se interesa por las cosas y las personas desconocidas es apático o miedoso, que probablemente tenga problemas de ánimo, de socialización o traumas del pasado. En cualquier caso, es importante averiguar la causa y tratarla para devolverle la estabilidad emocional.
Está relajado
No pienses que está aburrido si lo ves relajado la mayor parte del tiempo. Esto se debe a que no tiene ninguna tensión que lo ponga en alerta, por lo que se encuentra en un estado de ánimo feliz. Aun así, siempre tenés que estar pendiente a que reaccione a los estímulos que sabés que le gustan, como por ejemplo la pregunta “¿Vamos a pasear?”.
No muerde ni destruye objetos
Uno de los síntomas de un perro aburrido y triste es romper y morder todo lo que encuentra a su alcance para llamar la atención, por lo que si ves que no dedica su tiempo a esta actividad, es porque es feliz.
Eso sí, si se trata de un cachorro la situación cambia porque todavía está en periodo de aprendizaje. En este caso, deberás enseñarle qué objetos puede morder y cuáles no mediante el refuerzo positivo.
Mueve la cola
Esta señal corporal o también saltar, demuestran que los cuidados que le estás brindando son efectivos y que se encuentra en un buen estado de ánimo.
Se le dilatan las pupilas
Son un síntoma momentáneo de que tu tu amigo peludo es feliz. Si a dicha dilatación le acompaña un brillo en los ojos, más todavía. Aun así, debés tener cuidado, ya que si notás que tiene las pupilas dilatadas durante días, puede que tenga algún problema de salud.
Entrecierra los ojos
Se trata de un pequeño y ligero gesto. Si cuando lo estás acariciando hace eso, es porque al entrar en contacto contigo se relaja.
A pesar de todas estas señales, vos sos quien mejor lo conoce, su forma de ser y su actitud y quien va a detectar cualquier cambio de conducta y si está triste.