"El día que me vaya de Unión me van a echar los dirigentes, no me voy a ir yo", dijo un caliente Cristian González luego de la derrota de este sábado por la noche en Santa Fe ante Huracán, por la fecha 18 de la Liga Profesional. Una exposición ya diferente a las últimas dos, donde se metió en otros temas que vuelve a mostrar el malestar con la dirigencia.
Quizás por la bronca, sacó a escena lo corto que le quedó el plantel y apuntó netamente contra la comisión. Sobre todo para sostener la ilusión. Algo que dijo al comienzo, pero que luego cambió por el hambre de gloria. Pero claramente la merma de resultados hizo que la situación de agudizara en busca de ese comentado salto de calidad.
"Para mi es una familia Unión y lucho para que todos traten de estar bien. Lo primero que pedí es que los empleados cobren primero. En esos pequeños detalles creces como club", en alusión al problema financiero que impidió que el club abone los salarios. Lo hizo luego del fin de semana largo, lo que generó asperezas con el gremio de Utedyc.
Cosas que elevan los condicionamientos para Kily, que ya se sabe no se guarda nada, pero que nota que, cuando las cosas iban bien, de golpe se caen. Es un cúmulo de cosas que revelan que otra vez las cosas puertas para adentro no están bien con los que conducen al club.
La gente por ahora banca esta idea, pero el técnico sabe que los resultados mandan y nota que, de alguna manera, no lo acompañan.