El mundo del tenis se ve nuevamente conmocionado por un caso de doping, ya que se conoció este lunes el resultado del australiano Max Purcell, quien reconoció el consumo “de sustancias prohibidas” y, se sumó a lo acontecido con Jannick Sinner y el de Iga Swiatek.
El oriundo de Sidney solicitó a la Agencia Internacional de Integridad en el Tenis (ITIA) el pasado 10 de diciembre entrar en un período de suspensión provisional por haber ingerido sustancias prohibidas en el reglamento, según reveló el organismo.
El ganador de dos Grand Slam de dobles explicó en un comunicado, emitido en redes sociales, que “la sanción viene de una inyección intravenosa de vitaminas que sobrepasó el límite de 100ml” y, alegó que avisó al equipo médico de su condición de deportista de élite para evitar sobrepasar esos límites.
En este sentido, remarcó que las noticias fueron "devastadoras" para él porque se considera un atleta responsable respecto a las normativas establecidas por la Agencia Mundial Antidopaje: "He solicitado esta información a la ITIA y he sido tan transparente como he podido para dejar esta situación atrás. Espero estar pronto de vuelta en las pistas".
La ITIA sancionó por dopaje al número 1 del mundo, Jannik Sinner, y a la número 2 del circuito femenino, Iga Swiatek. El italiano fue suspendido brevemente en dos ocasiones, ya que posteriormente consiguió ser absuelto por la agencia de integridad, pero sigue siendo observado. Esto se debe a que encontraron en su cuerpo restos infinitesimales del anabolizante clostebol, y se declara culpable de negligencia.
La polaca también dio positivo en agosto por trimetazidina, la sustancia por la que la patinadora rusa Kamila Valieva fue suspendida cuatro años, pero cuyos efectos dopantes aún no se han confirmado.