Diciembre nos regala un símbolo potente, otra señal de la riqueza, talento y herencia en canciones, composiciones, partituras, estilos, géneros y sensibilidad que la música de Santa Fe ha dado a nuestro país y al mundo. Artistas populares que nos permiten recorrer con el cuerpo y la emoción los paisajes ciudadanos de las distintas regiones, el ritmo de su gente, la poesía de sus ríos, la fuerza de la memoria y el canto recién nacido hecho de tierra, aire y agua, de pasiones e innovación, de creación y tradición. Dos premios “Konex de Platino” nos hablan de dos expresiones enormes, espejo y construcción de nuestras vidas, que están en nuestros días, en la ceremonia y la fiesta, en la esperanza de crecer, y en el ritmo y movimiento de nuestros sentimientos.
El platino es premio por la presencia y persistencia de estos creadores: Jorge Fandermole, hoy uno de los intérpretes, compositores y poetas más importantes de Latinoamérica, es Rosario y su trova, una manera de amar una ciudad, una generación, una cantidad de fusiones musicales, una urbe que crece, un movimiento que hace historia. Y Los Palmeras, inventores de la cumbia santafesina, únicos, irrepetibles, e hijos de la ciudad de Santa Fe y sus embajadores inconfundibles; han puesto música a todos los sectores sociales, han despertado la alegría y el baile allí donde la excelencia musical y lo popular se cruzan con naturalidad, sin fronteras. Jorge Fandermole y Los Palmeras están aquí, representan la unidad y la diversidad de dos ciudades, Rosario y Santa Fe, y la ruta hecha canción, el movimiento como un itinerario y el orgullo de esa otra autopista, la cultural, donde hay emoción e identidad, donde somos hermanos en lo diverso y nos bailamos y cantamos la vida porque somos la provincia musical. Un lenguaje que nos atraviesa y constituye, un acto de fe que se expresa en los conciertos, en las ciudades, en el camino, en nuestra propia historia.