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Jueves 20 de Abril de 2017 - 08:49 hs

Lactancia materna, clave para garantizar la salud infantil

Cuidar la nutrición en los primeros años de vida es la mejor inversión que pueden hacer los padres por sus hijos. Para eso es fundamental recordar dos premisas: sostener la lactancia materna hasta los 2 años e incorporar otros alimentos a partir de los seis meses.

Algunos de los resultados de esa inversión son tan inmediatos que basta con repasar un estudio publicado en la revista de la Sociedad Argentina de Nutrición, realizado con nuestro equipo de la Sección de Nutrición Infantil del Hospital de Clínicas. Estudiamos la prevalencia de los factores de riesgo de la obesidad pediátrica en pacientes de entre 4 y 17 años de uno y otro sexo con sobrepeso y obesidad.

Dentro de esos factores descriptos se encuentra la ausencia de lactancia materna o su duración menor a 2 años y la incorporación temprana (antes de los seis meses) de alimentación complementaria. Observamos que el 17% de los pacientes con obesidad, por ejemplo, nunca había sido amamantado, comparado con el 9% del grupo con sobrepeso. La lactancia materna menor a seis meses era muy alta en los pacientes con obesidad (42,2%) y con sobrepeso (58,2%).

La leche materna permite desarrollar una regulación más fisiología de la ingesta, de ahí la importancia de sostener la lactancia hasta los 2 años. Pero como a partir de los seis meses la leche materna no alcanza para cubrir las necesidades nutricionales del bebe, se recomienda incorporar progresivamente otras opciones.

En nuestro estudio, acelerar ese proceso estuvo muy frecuentemente presente en pacientes con sobrepeso y obesidad. El 47,7% de los chicos con obesidad y el 49,3% con sobrepeso habían recibido alimentos complementarios antes de los seis meses de vida. Es muy importante que los padres comprendan el papel de la lactancia materna hasta los 2 años y que la incorporación de otros alimentos sea a partir de los seis meses, como difundimos en Nutri-Pedia (Facebook). Una inversión económica, accesible y de alto impacto para la salud de los hijos.

Fuente: la nación