Hace casi un año Leonardo Madelón acordó su regreso a Unión, para encarar su tercera etapa como entrenador. En la primera, cuando estaba haciendo sus primeras armas como DT, debió abandonar al club producto de los malos resultados, mientras que en su segunda parte logró el ascenso a Primera División (2014) y fue el artífice de buenas campañas, con triunfos en los clásicos incluidos.
A su segunda etapa en el Tate la abortó de forma inexplicable luego que el equipo en 2016 quedara eliminado de la Copa Argentina a manos de River (3-0 en Mar del Plata), por lo que en el cotejo siguiente por el torneo local (1-0 ante Sarmiento de Junín) comunicó su decisión de marcharse de la institución.
Asumió un nuevo desafío en Belgrano, donde los resultados no lo acompañaron. Mientras tanto Unión probó con Juan Pablo Pumpido y Pablo Marini, quienes terminaron por cerrar una campaña para el olvido que trajo mucha preocupación pensando en la permanencia en Primera División.
Y volvió Madelón. Firmó un contrato por un año y prometió en la conferencia de su presentación hacer un buen torneo. Se acertó con las contrataciones y a pesar de contar con un plantel muy corto logró el objetivo histórico de clasificar por primera vez al club para disputar un torneo internacional (Copa Sudamericana).
Con el campeonato finalizado y con un contrato por vencer todo quedó en manos de los dirigentes y Cristian Bragarnik, representante del entrenador. En el primer contacto que hubo entre las partes para intentar la renovación los popes tatengues salieron espantados, ya que el empresario solicitó una mejora sustancial desde lo económico -el doble- y un vínculo más duradero -tres o cuatro temporadas-.
En este momento, las exigencias del empresario hacen imposible que Madelón pueda continuar en el club, ya que a pesar de tratarse del ídolo máximo los dirigentes no están dispuestos a "hipotecar el club" para retenerlo, según confiaron fuentes cercanas a la CD.
Para la próxima semana se espera una definición en cuanto a la continuidad del DT. En el Tate son muy optimistas aunque esperan un gesto de la parte que lo representa a Madelón, quien por estos momentos se encuentra de vacaciones fuera del país. La tarea no es fácil ya que la diferencia aparenta ser muy importante para llegar a un acuerdo.
Los popes rojiblancos saben que tienen que cerrar cuanto antes la gestión por el entrenador para luego comenzar a negociar las continuidades de los jugadores a los cuales se les terminan sus vínculos y lanzarse en el mercado de pases para reforzar al plantel que tendrá el desafío histórico de jugar en la próxima temporada por primera vez un certamen internacional.