Manu El Heroe. Así titula Diego Morini la biografía de Ginóbili. “Yo no tenía pensado escribir sobre Manu, me sorprendió la decisión de la editorial. Me terminó de caer la ficha cuando empecé a ver lo que pasaba con él. La mayoría de sus fan dicen que es su héroe”.
El escritor habló con LT10 y contó intimidades de las cuales pudo conocer por escribir la biografía de uno de los deportistas más emblemáticos de Argentina: “Creo que si a todos nos hubiesen dado la posibilidad de configurar el deportista argentino que eligiéramos ser, Manu tendría muchos de esos atributos. Lo de Ginobili casi que no tiene contraindicaciones comparando con los demás. Alguien tiene que ser mejor que otro para que eso signifique algo, me parece que el tema de las comparaciones viene por ahí. La generación dorada es el mejor equipo de la historia, representó a la argentina sin objeciones. Una de las cosas que logró ese equipo era no comparar, no poner el ego por delante del equipo”.
Respecto a lo mejor de Manu Ginóbili destacó: “Manu les enseñó a los jugadores de la NBA que debían ser más cercanos a la gente. El jugador de la NBA es una estrella y por ahí está alejad de la gente, Manu hizo que muchos se acerquen. Fuera de la cancha logró un vínculo muy especial. Para hacer una analogía con el fútbol, Diego, Messi, Fangio, Monzón ganaron todo. Ginobili ganó cuatro veces compitiendo contra los mejores atletas todos los días. En España jugas con los mejores, pero no lo haces constantemente, lo mismo pasa con el automovilismo. Eso marca lo que consiguió”.
Por último dejó dos anécdotas imperdibles. La primera fue una charla con Alejandro Ariel Montecchia, quien fue parte de la selección argentina en el subcampeonato en el mundial de Indianápolis 2002 y en el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004: “Montecchia me dio una frase que resume la cabeza distinta de Ginobili. Me dijo: nosotros éramos todos talentosos, la diferencia es que en su cabeza mantuvo la voracidad por ganar durante 23 años”.
Por último contó una verdadera perlita: “La primera vez que Julio Lamas fue a San Antonio y pasó por un restaurante a desayunar. Cuando pidió la cuenta le dijeron que ya estaba saldada. Le contestaron que la cocinera decidió pagarle el desayuno. Julio se acercó y le dijo que no podía aceptar semejante cosa. El lugar le daba tres comidas por día y que ella decidió otorgárselo porque simplemente fue el entrenador del Ginóbili en la selección. Manu había hecho que San Antonio sea más grande y le dio una de las alegrías más grandes, que fueron los títulos de la NBA. Para ella era todo, Manu representaba al latino que triunfó en los E.E.U.U”.