El volcán Peteroa, que entró en actividad el viernes pasado, aumentó la expansión de sus cenizas sobre territorio argentino, lo que contaminó las vertientes de los ríos de la zona.
Pese a que el conjunto volcánico no alteró su actividad, y continúa el estado de alerta amarilla, el humo se extendió sobre territorio argentino por el aumento en la dirección y fuerza del viento.
Esto ocasionó la contaminación las vertientes de la zona, por lo que el personal de Gendarmería que monitorea la actividad se quedó sin abastecimiento de agua.
Por el momento, la situación está controlada, ya que la localidad de Malargüe se encuentra a más de 90 kilómetros y la población de la zona no está afectada.
Sin embargo, se realiza un seguimiento permanente de la actividad del volcán, para evaluar posibles cambios que generen consecuencias para los habitantes del sur mendocino.
El volcán está localizado en la frontera entre Argentina y Chile. Eso significa que "el volcán está por encima de su umbral base y que el proceso es inestable, pudiendo evolucionar aun aumentando o disminuyendo esos niveles. Por ende una erupción probable se podría desarrollar en un periodo de semanas o meses", según explicó la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de Chile (Onemi) a través de un comunicado.