Las horas pasan y nada se sabe sobre la aeronave que trasladaba a Emiliano Sala, el destacado delantero que se trasladaba desde Nantes a Cardiff para firmar contrato con su nuevo club en un pase que estaba por encima de los 17 millones de dólares.
Esta ausencia del avión hace que Horacio Sala, padre de la víctima tenga sensaciones encontadas con respecto a la desaparición de su hijo y el piloto. "A veces las esperanzas se me van al piso y, por otro lado, al no haber noticias pienso que pueden haber aterrizado en otro lugar y que no pueden comunicarse. La esperanza es lo último que se pierde pero es dificil vivir este momento", dice el padre de una de las víctimas a los micrófonos de LT10 y las cámaras de Litus.
"El domingo fue la última vez que hablé con él. Fue una charla como cualquier otra. Hablamos de sus cosas, de su pase, y de temas comunes como los que hablan padres e hijos. Nunca imaginé que iba a ser la última vez que me iba a comunicar con Emiliano", explicó Horacio.
Se hace dificil dormir, las horas son eternas y Horacio no quita los ojos del televisor buscando alguna noticia, algún indicio, un dato que trate de llevar un poco de claridad a un tema tan dramático como es la desaparición de una aeronave.
Desde chico, según relata el hombre desde Progreso, acompañó al futbolísta a cada uno de sus partidos y vio como crecía el jugador que hoy es uno de los delanteros más buscados tras ser goleador de la liga francesa, y que hasta hace unos días su nombre sonaba en grandes clubes como Real Madrid y el Cardiff, entre otros.
Horacio es camionero, recibió la noticia de la desaparición de su hijo por los medios de comunicación y no tuvo informaciones oficiales por parte de las autoridades europeas. Amigos del delantero fueron a buscarlo a Rosario donde se encontraba en el momento de la desaparición y ya está en su casa de Progreso. Recibe constantemente noticias por parte de su otro hijo que se encuentra ya en Europa siguiendo la búsqueda.
Las horas son eternas. Cada vez más largas. Aún no se sabe que fue lo que pasó y no hay rastros del avión que transportaba a Emiliano.
Progreso es todo silencio. Ese silencio que duele y que marca a todo un pueblo cuando algo pasa. Mientras, sigue la búsqueda en el Canal de la Mancha, a miles de kilómetros, todos hacen fuerza para que el milagro ocurra. No se puede agachar la cabeza y hay que mirar para adelante con esperanzas. Es algo que Emiliano le enseñó a todo Progreso cuando jugaba a la pelota en el club San Marín.