Sólo nueve coches lograron cruzar la meta sin daños aparantes y otros tres lo hicieron doblados porque debieron parar en boxes un insante. Los restantes ocho abandonaron.
La carrera se detuvo cuatro vueltas después del incidente, en la 59 de las 75 previstas, cuando comenzó a llover por tercera y definitiva vez. Antes, la carrera se había neutralizado en dos ocasiones.
Johnson, segundo en aquel momento, intentó superar por el interior a Menard, el líder, pero ambos coches se tocaron ligeramente y Menard inició un trompo que arrastró prácticamene a todos los que venían a continuación, al más puro estilo Nascar.
Se da la circunstancia de que en las últimas ediciones del Clash, Johnson había sido víctima de la agresividad de otros pilotos. En esta ocasión no quiso que le sorprendieran e intentó el adelantamiento porque el ambiente comenzaba a caldearse. Todos los pilotos tenían claro que la lluvia estaba a punto de reaparecer y que si eso sucedía, la carrera quedaría neutralizada y terminada definitivamente.
La prueba no puntúa para la Nascar, pero el ganador se llevaba cinco puntos bonus para el Chase.