La nieve gruesa sería un desastre para el francés, que tendría que arar una línea más limpia y rápida con su Citroën C3 para los que le siguen. Fueron precisamente estas condiciones las que arruinaron sus esperanzas hace 12 meses, cuando terminó en un humilde décimo lugar.
"Espero que tengamos buenas condiciones para divertirnos, aunque soy consciente de que correr primero suele ser una desventaja importante, debido a la capa de nieve que cubre el hielo", declaró Ogier, tres veces ganador en Suecia.
El clima extremadamente frío desde la Navidad ha dejado mucha nieve seca y los informes dicen que las pistas carecen del grueso hielo que permite que los neumáticos tachonados muerdan la superficie y proporcionen un agarre notable.
Las previsiones de que las temperaturas diurnas subirán hasta los 4º C durante el rallye podrían suscitar una mayor preocupación para el seis veces campeón del mundo cuando se pase por segunda vez por los tramos.
"Tendremos que ver cómo evolucionan las especiales en las segundas pasadas, pero me temo que con la capa de hielo que hay actualmente en las pistas, la tierra empezará a aparecer bastante rápido", añadió Ogier.
La tierra que atraviesa la nieve y el hielo mejora inicialmente el agarre, pero también rompe rápidamente los tacos de los neumáticos. Esto reduce severamente la tracción, especialmente en las zonas de frenado donde en la superficie semiblanda salen surcos llenos de agua.