La carrera del santafesino Ismael Quilez pasó por varias etapas. Arrancó con un futuro promisorio de las inferiores de Colón y en un abrir y cerrar de ojos se subió al pedestal de los elogios. Sus actuaciones fueron tan convincentes a punto tal de ser citado a la Selección Argentina mayor.
Pero de golpe y porrazo todo cambió: fue perdiendo terreno y consideración en el club, deparando en una partida polémica y poco entendible después de varios años. Pero como debía seguir en el deporte para avanzar en lo personal, tuvo chances en Quilmes, Racing y Aldosivi. Después de un par de temporadas como titular afianza, no fue tenido en cuenta más en el Tiburón y terminó recalando en Central Córdoba de Santiago del Estero, donde volvió a recuperar su mejor nivel.
Hoy tiene la chance de afrontar una final histórica de la Copa Argentina ante River, que podría darle el pasaje a un título y la participación en la Copa Libertadores. Pavada de objetivos con los que soñó siempre. Pero a la par siempre estuvo al tanto de lo que hacía el Sabalero, el club de sus amores, y en diálogo con LT10 AM 1020 lo dejó muy en claro.
"Siempre lo charlo con mi vieja, que siempre tuve un gran objetivo en este deporte, que era salir del barrio donde vivía y tener una casa más grande, porque estábamos en una muy chiquita. Éramos seis personas en una piecita y uno anhelaba ver a la familia feliz más allá de los sueños de uno de jugar en Primera y en club del que es hincha. Sentía que a partir de esta ilusión podía cambiarle la vida a mi familia", relató con emoción.
Pero fue todavía más allá: "Se me hace complicado dejar de lado el hincha cuando hablo de Colón. Cuando arranqué a jugar, muchos me decían que se va el fanatismo y a mí realmente no me pasó, por más que no tenga tatuajes de Colón ni sepa todas las canciones. La verdad lo llevo en el alma y es algo que no puedo cambiar. Cada vez que habló del club me cuesta".
Siempre fue un misterio su desvinculación y el nativo de barrio San Lorenzo rompió el silencio contando cosas que sacudieron la escena: "Yo me fui mal. Hasta diría que fue desapercibida mi salida. Todavía no sé por qué. Como estaba la cosa, me atrevería a decir que me terminaron haciendo un favor. Los contratos eran muy bajos y me pagan como a un nene con un sueldo mínimo. Seis meses antes de que finalice mi vínculo había firmado uno previo y luego no era lo que debería haber firmado, porque fue como jugar casi gratis. Estaba muy por debajo de lo normal. Me sentí valorado recién cuando me fui".
"Nunca supe el motivo por el cual me dejaron libre. Hacía un año y medio que había estado en la Selección y sin embargo nadie me dijo nada. Lo único que me duele es que no pude dejarle nada al club. Lo único fueron años, porque estuve desde los cuatro hasta los 22. Me refiero a dejarle dinero por una venta o algo así para que el club obtenga un beneficio", admitió.
Sin embargo, fue más a fondo ante una repregunta del equipo Diez en Deportes: "Alguna vez voy a decir la verdad. Hoy no puedo hacerlo, porque quedaría preso de mis palabras. Como muchos sabemos, dar el nombre de alguien que maneja muchos clubes podría condenarme a seguir jugando y que se me cierren puertas. Cuando sea necesario, lo diré. Pero la gente lo sabe. Se sabe bien".
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