Sucesos - Investigación

Lunes 01 de Marzo de 2021 - 19:01 hs

Un piloto de TC en la mira por ser líder de una asociación ilícita

Se trata de Ariel Balmaceda. Está acusado de liderar una organización que estafó a unas 2.700 personas con facturas truchas. El perjuicio es de más de mil millones de pesos.

Actualizado: Lunes 01 de Marzo de 2021 - 19:05 hs

Ariel Balmaceda. Según la investigación, la maniobra habría generado un perjuicio al Estado Nacional de más de mil millones de pesos.

El fiscal federal de San Luis, Cristian Rachid, pidió que una asociación ilícita integrada por 25 personas lideradas por un piloto de Turismo Carretera (TC), vaya a juicio oral y púbico por la utilización de facturas truchas que operó en varias provincias y con 2700 contribuyentes para poder evadir impuestos.

El pedido lo hizo apuntando como líder de la organización al corredor Ariel Balmaceda, y es por la emisión de facturas truchas por parte de 65 usinas, las cuales eran utilizadas en ocho provincias distintas que utilizaron 2700 contribuyentes.

Según la investigación, la maniobra habría generado un perjuicio al Estado Nacional de más de mil millones de pesos de acuerdo a la actividad que ejercían principalmente en San Luis, Córdoba, Mendoza, San Juan, Buenos Aires, Río Negro y Neuquén.

La investigación incluyó unos 50 allanamientos en las ocho provincias donde se utilizaron las facturas y, al evaluar la participación de Balmaceda, el fiscal consideró que fue jefe y organizador "de una organización o asociación compuesta por tres o más personas habitualmente destinada a cometer, colaborar y coadyuvar a sendos delitos de evasión tributaria".

Para el fiscal existió "una verdadera organización delictiva" destinada "a la generación y comercialización de facturas apócrifas -que documentaban operaciones inexistentes-, a su vez destinadas a favorecer la evasión de impuestos por parte de los usuarios de las mismas -quienes serían los clientes de la organización delictiva-, mediante el cómputo de créditos fiscales y/o gastos espurios e indebidos, respaldados con aquella documentación impositiva apócrifa". 

Las usinas "confeccionaban facturas, remitos, recibos y demás documentación de índole contable-impositiva, la cual luego comercializaba a gran escala, por lo que se hallaba destinada a cometer, colaborar y coadyuvar en la evasión de impuestos".

Asimismo, la fiscalía detectó que la organización se "extendió sus ‘productos’ por distintas provincias del país, coadyuvando y facilitando a través de su actuación habitual y sostenida en el tiempo, evasiones tributarias multimillonarias".