Nicolás Bravo nació en Córdoba pero se radicó desde pequeño en Plottier y con Centro Español inició su carrera profesional. El ala-pivote de 200 centímetros y 21 años (31/10/2000) se convirtió en la segunda ficha U23 de Colón y séptimo jugador oficializado por la institución.
A horas de emprender el viaje a Santa Fe para iniciar la pretemporada con el equipo rojinegro, reconoció que “yo estaba sin equipo, sabía que mi representante se estaba moviendo, el sábado anterior me llamó Juan (Siemienczuk) con esta posibilidad de incorporarme, me preguntó por la lesión, apenas cortamos quedó casi todo listo y el domingo lo arreglamos, esperando viajar a Santa Fe”.
En referencia a su inactividad (jugó 7 partidos en la 2021 con Quilmes) por una lesión que necesitó dos cirugías, el interno subrayó que “mi lesión fue en marzo de 2021, ligamentos cruzados jugando para Quilmes, me operé y en el proceso de recuperación, me resentí y tuve una segunda operación. Ahora estoy en el proceso final de recuperación”.
Cuando lo consultamos respecto a la posición en la cancha, Bravo añadió: “Soy más un tres pero obviamente puedo jugar de cuatro, mi idea es establecerme como alero, intentando dar una mano a lo que necesite el equipo. Juan (Siemienczuk) por lo poco que pudimos hablar, quiere un equipo vertiginoso, con jugadores que corran la cancha, yo jugaría de cuatro y también de tres”.
En otro tramo de charla resaltó que “Colón es una institución grande, un club muy lindo, una ciudad linda me dijeron, siempre jugué en el sur, será mi experiencia en el norte del país. Buscaremos llegar lo más arriba posible”.
Con relación al armado de los otros equipos, Bravo disparó: “Viendo los equipos del Norte y comparando con el Sur, se armaron mejor en el Norte, tengo varios compañeros que ficharon en equipos del Norte. A priori hay más nivel, varios equipos contrataron americanos, eso habla un poco de que desean ser competitivos”.