La artista Gina Lollobrigida, quien saltó a la fama en la década de 1950 como actriz y más tarde se convirtió en fotógrafa y escultora tras alejarse del mundo del cine, murió a los 95 años.
En el apogeo de su fama en las décadas de 1950 y 1960, Lollobrigida, conocida simplemente como "La Lollo", fue un epítome reconocido internacionalmente del cine italiano de posguerra, solamente comparable con Sophía Loren.
Tempestuosa e impulsiva por naturaleza, volvió a ser noticia en 2006, cuando, a los 79 años, anunció que se casaría con un hombre 34 años menor que ella. Más tarde canceló la boda y culpó a la prensa de estropearla.
"Toda mi vida quise un amor de verdad, un amor auténtico, pero nunca lo he tenido. Nunca nadie me ha amado de verdad. Soy una mujer engorrosa", dijo en una entrevista a los 80 años.
Nacida en una familia de clase trabajadora en una zona montañosa pobre al este de Roma, estudió escultura y luego tuvo su oportunidad en el mundo del cine después de terminar tercera en el concurso de belleza Miss Italia de 1947.
Una de sus primeras actuaciones fue como Gemma, la infeliz adúltera en la película "La Provinciale" de 1953 del director Mario Soldati.
Saltó a la fama en Italia con los papeles principales en dos comedias italianas de Luigi Comencini: "Pan, amor y sueños" y "Pan, amor y celos".
Un papel junto a Humphrey Bogart, en la película "La burla del Diablo" de 1954 de John Huston, selló su fama mundial y en 1955 hizo la que se convirtió en una de sus películas emblemáticas, "La mujer más bella del mundo".
Pero a pesar de actuar junto a otras estrellas estadounidenses como Frank Sinatra y Burt Lancaster, nunca desembarcó del todo en Hollywood y prefirió trabajar más cerca de casa, haciendo películas durante la década de 1960 con directores como Mario Bolognini.
Quizás su última película conocida fue "Buona Sera, Mrs. Campbell", del director Melvin Frank, que también protagonizaron Phil Silvers, Peter Lawford y Telly Savalas.
Nacida el 4 de julio de 1927, Lollobrigida huyó de la zona rural de su nacimiento con su familia durante la Segunda Guerra Mundial y luego fue enviada a la Academia de Bellas Artes de la capital para completar su educación.
Primero se ganó la vida como modelo de "fotoromanzi", las novelas fotográficas leídas con avidez en Italia, usando el nombre artístico de Diana Loris.
Vida privada turbulenta
Lollobrigida acompañó su éxito en la pantalla con una vida a menudo turbulenta.
Trató de proteger su vida privada, retirándose a una villa aislada en la antigua Vía Apia de Roma, que estaba decorada con sus propias esculturas y pinturas, así como con el arte que coleccionaba en sus viajes por el mundo.
En 1950 se casó con el médico yugoslavo Milko Skofic, quien se convirtió en su manager y con quien tuvo un hijo, Milko Junior. Se separaron después de casi 17 años y Lollobrigida dijo más tarde que no tenía intención de volver a casarse.
Pero en 2006 anunció su intención de casarse con Javier Rigau, un español 34 años menor que ella con quien mantuvo una íntima amistad confidencial durante años.
Meses después, canceló la boda y dijo que la cobertura de la prensa había arruinado su vida con "ataques interminables, calumnias y violencia". Criticó a los medios españoles por tratar a Rigau como un oportunista.
"En cierto modo me siento responsable de que él (Rigau) haya sufrido todo esto porque está vinculado a mí", dijo a Reuters en una entrevista. "Estoy más acostumbrada a que se escriban falsedades sobre mí".
Durante un viaje a Estados Unidos, pidió al Congreso que aprobara leyes más estrictas que protegieran la privacidad de las personas frente la intrusión de la prensa.
Cuando dejó de hacer películas, Lollobrigida desarrolló su carrera como fotógrafa y escultora y también fue embajadora de buena voluntad del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y su Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
En 1975 realizó el documental "Retrato de Fidel Castro", y durante años estuvo rodeada de rumores de que había tenido una aventura con el líder cubano.
En 2013, cuando tenía 85 años, una subasta de sus joyas realizada por Sotheby's en Ginebra alcanzó los 4,9 millones de dólares y estableció un récord para un par de pendientes de diamantes y perlas, que se vendieron por 2,37 millones de dólares. Los ingresos se destinaron a la investigación con células madre.