A veces el secreto de una buena ensalada o de una receta vegetariana es saber aderezar. Las semillas pueden ser ideales para complementar por ser nutritivas y otorgar un toque crujiente y sabroso a cualquier preparación.
Las que se detallan a continuación son especialmente nutritivas y aromáticas, por lo que resultarán ideales para incluirlas en tus menús saludables.
Semillas de amapola
Muy usadas en panadería y repostería, aportan un 17% de proteína completa y son ricas en omega 3, 6 y 9. Además de vitaminas B1, ácido fólico y E y abundante calcio.
Tostarlas ligeramente en la sartén y molerlas potencia su sabor suave. Espolvorealas en sopas, cremas, salteados, pastas, ensaladas, jugos, yogures y batidos.
Pipas de calabaza
Más de la mitad de su peso son grasas insaturadas omega-6 y 3, acompañadas de lecitina y vitamina E. Tienen un 17% de proteínas, aportan vitaminas B1, B2 y B3, B6 y ácido fólico, y son muy ricas en calcio, fósforo, magnesio y potasio.
Son energéticas, remineralizantes y óptimas para los huesos y los nervios a cualquier edad. Podés espolvorearlas en ensaladas y mueslis o triturarlas para hacer patés vegetales.
Semillas de cáñamo
Son una gran fuente de ácidos grasos omega-3, que benefician la circulación sanguínea y el sistema nervioso. Con un 33% de proteínas completas, son adecuadas en etapas de crecimiento y cuando se hace deporte. Aportan magnesio, calcio, hierro, zinc y vitamina E. Ingerilas peladas, espolvoreadas en ensaladas, desayunos o purés.
Semillas de chía
Son una de las mayores fuentes de ácidos grasos omega 3. Aportan energía, antioxidantes, proteínas, vitaminas, minerales y fibra. Fortalece la inmunidad y la salud cardiovascular.
En contacto con líquido, forman una gelatina saciante. De sabor suave, se pueden usar en limonadas, desayunos, batidos, budines y mermeladas crudas.
Pipas de girasol
Son muy ricas en lípidos y proteínas; destaca la presencia del fósforo, el magnesio y la vitamina E. Lo más recomendable es consumirlas sin la cáscara, para evitar lesiones internas, o bien masticarla muy bien. Para evitar ingerir altas cantidades de sodio, se recomienda degustarlas sin sal.
Semillas de mostaza
Son idóneas para aderezar por su gran aroma y su toque picante. Conviene escaldarlas con diversas aguas para quitarles el amargor y después dejarlas dos días en maceración en agua y vinagre.
Se pueden comer tal cual o hacer una salsa, triturándolas con azúcar y sal. Se consideran digestivas y son muy ricas en compuestos azufrados de propiedades antioxidantes.
Sésamo
Es un dietético reconstituyente por su riqueza en calcio, magnesio y fósforo, en forma de lecitina. Aporta un 50% de grasas insaturadas y un 19% de proteínas.
Su aroma y su sabor se intensifican cuando se tuesta ligeramente. Para asimilarlo mejor, conviene triturarlo en forma de polvo, como gomasio, o de pasta, como tahini.