El regreso de Novak Djokovic a Estados Unidos fue impresionante. Los fanáticos, que deseaban verlo hace años, colmaron el estadio donde se entrenó el serbio pensando en su debut en el Masters 1000 de Cincinnati y hasta el propio tenista se vio sorprendido por el enorme recibimiento que tuvo.
No juega en Cincinnati desde 2019 y no disputa un torneo en Estados Unidos desde el US Open de 2021. En estos dos años, no ha podido acceder al país norteamericano por su negativa a vacunarse contra el coronavirus, pero esas restricciones se han levantado el pasado abril y todo vuelve a la normalidad para el número dos del mundo.
"Hace dos años que no iba a Estados Unidos, así que estoy obviamente ilusionado y estaba ansioso por venir. No juego en Cincinnati desde 2019, es bonito estar de vuelta. Tengo que seguir y encontrar motivaciones por lo que se viene y por los desafíos que tengo por delante, es por eso que estoy aquí", dijo Djokovic.
Que luego agregó: "Si no estuviera motivado, no estaría aquí. Después de muchos años de tenis profesional, creo que tengo posibilidad de elegir jugar los torneos que realmente quiero, y quería estar aquí en Cincinnati y en el Abierto de Estados Unidos".
El serbio, número dos del mundo y que debutará el miércoles en Cincinnati contra uno entre el argentino Tomás Etcheverry y el español Alejandro Davidovich Fokina, sabe que tiene una nueva oportunidad para recuperar el primer lugar del ranking aunque dependerá de lo que haga su "enemigo" Carlos Alcaraz.