Muchos necesitan una taza de café para arrancar su día, sin embargo, no todos conocen de qué forma trabaja en el cuerpo y cuáles son las razones por las cuales se considera un inhibidor del sueño o un proveedor de energía.
El organismo secreta una hormona llamada melatonina que controla el ciclo día/noche, también conocido como ciclo circadiano. Ésta es la responsable de que a determinada hora de la noche nos dé sueño y luego su concentración empieza a reducirse tras unas ocho horas de sueño.
Por lo general dormimos menos de las horas recomendadas, por ende cuando nos despertamos el organismo no tuvo tiempo de absorber toda la melatonina. La cafeína la suprime, haciendo así que nos sintamos más despiertos.
Además, sustituye a la adenosina, que es un neurotransmisor encargado de disminuir la actividad del cerebro, de forma que le confiere un estado de somnolencia al unirse a sus receptores dedicados. Dilata también los vasos sanguíneos para dar al cerebro mejor oxigenación durante el sueño. Es la encargada de darnos las ganas de dormir.
La cafeína, al tener una estructura parecida, es captada por los receptores de adenosina que se encuentran en las neuronas e impide que la sustancia haga su trabajo. El resultado es una actividad nerviosa siempre incrementada y un organismo alerta y estimulado.
También promueve una actividad acelerada del cerebro por lo tanto se da la producción de una cantidad de adrenalina lo que permite que haya un aumento del ritmo cardiaco y que el corazón lata más rápido.
Además, disminuye la reabsorción de dopamina, aumentando su cantidad. Este neurotransmisor está relacionado con áreas del cerebro relacionadas con el placer.