Los bordes de las hojas de papel, a simple vista, parecen rectos. Sin embargo, a nivel microscópico, son aserrados, por lo que desgarran la piel al cortar, afectando más terminaciones nerviosas.
Esto causa un dolor más intenso al compararse con otros cortes, ya que las partículas minúsculas del papel pueden quedarse en la herida. Estas fibras pueden irritar el tejido, incrementando el malestar.
Mientras que las afeitadoras o bisturís, gracias a su diseño afilado, generan cortes limpios más profundos, pero que tienden a ser menos dolorosos.