¿Sabias qué, aproximadamente, pasamos 23 años de nuestra vida durmiendo? Si te paras un momento a considerar esta afirmación, te darás cuenta que ésta es, con toda seguridad, la actividad que más tiempo te va a llevar a lo largo de tu vida. Y es que, como decía Calderón, “la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.
23 años es, prácticamente, un tercio de toda nuestra vida. Inmediatamente después de leer esta estadística, la pregunta que a los que somos más inquietos, nos viene a la cabeza es: ¿Qué pasaría si destinase menos tiempo a dormir? ¿Puedo reducir el número total de horas sueño?
¿Qué pasa si no duermes?
El récord del mundo de días sin dormir lo tiene Randy Gardner, un joven adolescente de 17 años que, en 1964 pasó 264 horas sin dormir. No existe un tiempo máximo de resistencia al sueño ya que depende de las capacidades de cada persona
Aunque los expertos apuntan a que a partir de las 3 noches de insomnio empiezan a aparecer síntomas de demencia severa y el riesgo de muerte se acentúa. ¿Qué es lo que le pasa a tu cuerpo si no duermes?
24 horas sin dormir
La primera noche de insomnio, el sistema nervioso se aceleraría. Liberaríamos más dopamina y nos sentiríamos más enérgicos y estimulados. Paradójicamente, nuestro cuerpo estaría más animado.
¿Te sorprende? Seguro que alguna vez –ya sea por una entrega de proyecto o por una velada de fiesta- has pasado una noche en vela. Por extraño que parezca, cuando estamos una noche sin dormir, a la mañana siguiente somos capaces de realizar las tareas diarias sin demasiados inconvenientes.
Los síntomas que puedan aparecer después de las primeras 24 horas sin dormir son subjetivos por lo que es difícil cuantificar su incidencia directa en el aspecto físico. Por ejemplo, malestar, irritabilidad, dificultad para concentrarse y, obviamente, cierta somnolencia que se va acentuando a medida que avanza el día.
48 horas sin dormir
Las dificultades aparecen a partir de la segunda noche sin dormir. Según explican desde, El País, después de pasar dos días sin dormir, el cuerpo “deja de metabolizar la glucosa de forma adecuada y el sistema inmune comienza a fallar”. El cuerpo empieza a manifestar los primeros síntomas plausibles de debilidad.
Tras dos días sin sueño, el sistema neurológico comienza a fallar. Entre otras cosas, el cuerpo pierde reflejos, aumenta el tiempo de reacción y aparece el nistagmus (movimiento de los ojos incontrolable).
72 horas sin dormir
A partir del tercer día, el riesgo de muerte es latente. Aunque el récord del mundo esté en los 11 días, a partir del tercer día, la privación de sueño puede ser mortal. El metabolismo segrega substancias como adrenalina, dopamina y noradrenalina y desaparece la tolerancia a la glucosa. Es fácil que, a partir del tercer día se empiecen a tener alucinaciones y delirios severos.
El sueño es imprescindible para el ser humano y tratar de escatimar en calidad o en cantidad puede tener efectos perjudiciales para la salud y bienestar personal.