La situación en Boca se volvió crítica ya que habría una fuerte interna entre el técnico Diego Martínez y el presidente del club, Juan Román Riquelme. La eliminación de la Copa de la Liga fue el detonante de esta tensión, ya que Martínez apostó todo a este certamen en detrimento de la Copa Sudamericana, donde alineó a suplentes en varios partidos, complicando la continuidad del equipo en el torneo continental.
El primer choque entre el técnico y el presidente ocurrió justo después de la eliminación. Mientras Martínez expresó en la conferencia de prensa que el resultado fue una "injusticia" y sugirió que su equipo fue perjudicado por el arbitraje, Riquelme, por su parte, fue claro y directo cuando algunos periodistas le preguntaron sobre las decisiones arbitrales: "No hay que buscar excusas y felicitar a Estudiantes".
Fuentes confirmaron a minutouno.com que el enojo de Riquelme con Martínez fue irreversible tras la eliminación. Esta molestia no quedó solo en el momento, sino que en las horas siguientes, el presidente de Boca comenzó discretamente a gestionar un "plan B".
Más precisamente, un "plan K", ya que Riquelme habría contactado a Cristian Kily González para que se haga cargo del primer equipo. Un viejo conocido de Riquelme y actualmente dirige a Unión, pero «estaría dispuesto a mudarse a Boca si se lo requiere», expone el sitio Voxpopuli.
Aunque Riquelme no ha comunicado oficialmente a Diego Martínez sobre esta situación, se aseguró de que el mensaje de que hay un reemplazo listo llegara al técnico. Esto llevó a Martínez a adoptar una postura de "mano dura" después del cumpleaños de Darío Benedetto. El rumor en los pasillos de Boca es que, si el equipo no hubiese remontado el resultado ante Central Córdoba, la historia actual sería muy diferente.
La tensión entre Martínez y Riquelme sigue aumentando, y los resultados futuros del equipo serán decisivos para determinar el futuro del técnico. La situación actual refleja una combinación de problemas de gestión y desacuerdos estratégicos que afectan no solo el rendimiento del equipo, sino también la estabilidad institucional del club.
Los hinchas y seguidores de Boca están a la expectativa de cómo se resolverá este conflicto interno y cuáles serán las decisiones que tomará la dirigencia en las próximas semanas.