En su primera aparición pública como jugador del Real Madrid, Kylian Mbappé decidió decir todo lo que se había guardado durante los últimos meses, cuando el PSG lo sentó en el banco con asiduidad al negarse a renovar. El capitán de Francia, criticó a Nasser Al-Khelaifi y mostró su agradecimiento al entrenador, Luis Enrique Martínez, y al consejero deportivo Luis Campos.
"Ellos me han salvado, sin ellos no habría puesto un pie en el terreno de juego. Esa es la verdad y siempre he tenido ese agradecimiento por lo que hicieron por mí. Había cosas que me amargaban, pero no las podía decir porque soy un líder. He jugado mucho menos este final de temporada y todo el mundo sabe por qué", lanzó, sin citar al dirigente.
Luego, en la misma línea, agregó: "Me hablaron con violencia, por eso estaba seguro de que no iba a jugar más. Sería un poco de mala fe venir aquí y escupir, decir que no estaba contento en el PSG, pero es cierto que había cosas de allí que me hacían infeliz".
Acto seguido, Mbappé intentó relativizar la presión que dice haber sufrido durante los últimos meses en París y se reconoció como un privilegiado. "Me educaron para no lamentarme, me pagan mucho por jugar al fútbol, algo que es mi pasión, mientras que hay personas que tienen que levantarse para ir a la fábrica y tiene un trabajo duro", refirió.