Era una simple, y cada vez más común en este tipo de situaciones, transmisión en vivo desde la cuenta de Instagram de Enzo Fernández a puro festejo en el micro con varios de sus compañeros de la Selección Argentina tras ganar la Copa América. Canción racista mediante, podrían caerle durísimas sanciones al mediocampista por un escándalo de magnitud mundial, que involucra desde el Chelsea -club del mediocampista surgido en River- hasta al Gobierno nacional.
El contenido del cantito, ya repudiable en una hinchada pero inaceptable en boca de futbolistas profesionales (está claro que no solo Enzo lo pronunció), con frases discriminatorias como "juegan en Francia pero son todos de Angola", "su vieja es nigeriana, su viejo camerunés, pero en el documento nacionalidad francés" (esto último dirigido a Kylian Mbappé) y cuestiones peores, provocó el rápido reclamo de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), hacia la AFA y ante la FIFA, que inició una investigación.
En paralelo, franceses del Chelsea apuntaron contra Fernández. "Fútbol en 2024: racismo desinhibido", posteó Wesley Fofana, uno de los que apretaron 'dejar de seguir' junto con sus compatriotas Axel Disasi y Malo Gusto. Ellos son tres de los siete galos que tiene el equipo de Londres (se suman Benoît Badiashile, Christopher Nkunku, Malang Sarr y Lesley Ugochukwu). Lo bancó Jules Koundé, del Barcelona y el subcampeón mundial. Por esto, el club también tuvo que abrir un expediente interno.
Enzo se disculpó, y tanto otro compañero de Chelsea (Nicholas Jackson, senegalés) como pares de la Selección Argentina (Rodrigo De Paul) lo bancaron. Pero reglas son reglas, y según documentos vigentes podrían caerle durísimas sanciones, sujetas a los órganos disciplinarios de FIFA, Conmebol y la Football Asociation (FA) inglesa.
Según el Código de Ética vigente de la FIFA
Una multa mínima de 10.000 francos suizos (moneda prácticamente equivalente al euro) y " la prohibición de ejercer actividades relacionadas con el fútbol durante un periodo máximo de dos años". Además, Mattias Grafstrom, el secretario general, propuso en abril pasado endurecer las penas, "diferenciando el racismo de otros incidentes", con "sus propias sanciones específicas y severas, incluida la pérdida de partidos".