Para quienes ponen varias alarmas para levantarse de la cama, un estudio realizado por expertos del sueño reveló que esta metodología podría ser contraproducente para los resultados y la salud.
Según los especialistas, abrir los ojos tantas veces de manera brusca en tan poco tiempo no permite al cerebro descansar al 100%, lo que hará que durante el día se esté más cansado y por ende las actividades salgan menos efectivas.
El neurólogo y especialista Brandon Peters, de Virginia Mason Franciscan Health, en Seattle, expresó que poner distintas alarmas para dormir en incrementos de menos de 10 minutos y no quedarse dormidos puede tener un efecto completamente negativo en el sueño. Aunque parezca placentera la sensación de aplazar el instante de levantarse, la práctica hace que se fragmente el sueño y se reduzca la calidad del mismo, sobre todo en la fase de los movimientos oculares rápidos (REM), lo que hace que cuando finalmente salgas de la cama te sientas aún más cansado de lo que ya estabas.
Ese último paso es sumamente importante para el buen funcionamiento de la memoria y el pensamiento, siendo afectado por la mala costumbre de las alarmas.
Otra profesional en el tema, aseguró que ciertos trastornos, como la inercia del sueño, pueden dificultar el paso a la vigilia, lo que también contribuiría a generar un efecto negativo en las capacidades mentales que uno tiene. Así, posponer la alarma sin ser consciente de ello, provocará un resultado contrario al que se espera, ya que podría ser que de tanto cansancio uno se termine quedando dormido o luego no rinda como debería hacerlo.
Alternativas para evitar la cadena de alarmas al despertarse:
– Usar despertadores que contengan luz, o alarmas que obliguen a levantarse de la cama para apagarlas, puede resultar una táctica efectiva para despertarse a tiempo y evitar las alarmas reiterativas. Aunque se debe tratar de evitar el contacto directo de una con luces intensas.
– Tomar entre 15 y 30 minutos de luz solar por la mañana puede ayudar a reajustar el reloj biológico que tenemos en el interior, haciendo más efectivo el despertar.
– Crear una rutina constante y regular, para lograr despertarse y acostarse siempre en la misma hora todos los días y mejorar la calidad del sueño a posteriori. Adelantar la hora de acostarse en incrementos de 30 minutos cada pocos días, o incluso una hora una vez a la semana.
– No mirar la hora, ya que esto puede dificultar volver a dormirse si se empieza a preocupar por el tiempo restante de sueño. Se recomienda seguir durmiendo hasta que parezca que han pasado entre 15 y 20 minutos y si no se logra descansar, mirar la hora y decidir qué se hace según que tan cerca esté el rango de horario en el que se necesita despertar realmente.