Nuevamente, los Juegos Olímpicos de París 2024 dieron que hablar. Y es que se viralizó una imagen del nadador italiano Thomas Ceccon, ganador de los 100 metros espalda, mientras estaba tomando una siesta en un parque de París. Esto se debió a las malas condiciones de las habitaciones en la Villa Olímpica. “No hay aire acondicionado, hace calor, la comida es mala”, declaró el atleta.
Dormir es fundamental para la salud mental y física. En ese sentido, investigadores británicos y suecos llevaron a cabo un experimento para entender cómo funcionan nuestras neuronas cuando estamos durmiendo y cómo se pueden ver afectadas si no logramos conciliar el sueño.
Cuánto debemos dormir los humanos, según la ciencia
A pesar de que las horas que dormimos varían según el estilo de vida de cada persona, la National Sleep Foundation, un instituto de investigación estadounidense, brindó estas recomendaciones:
- Recién nacidos (0-3 meses): lo ideal es que duerman entre 14-17 horas cada día, aunque también es aceptable que lo hagan entre 11 y 13 horas. Lo que no se aconseja es dormir más de 18 horas.
- Bebés (4-11 meses): se recomienda que duerman entre 12-15 horas. También es aceptable que descansen entre 11 y 13 horas, pero nunca más de 16 o 18 horas.
- Niños pequeños (1-2): no es recomendable que duerman menos de 9 horas y más de 15 o 16. Lo que se aconseja es que descansen entre 11 y 14 horas.
- Niños en edad preescolar (3-5): entre 10-13 horas sería lo adecuado. Los expertos consideran que menos que 7 y más de 12 no sería aconsejable.
- Niños en edad escolar (6-13): lo recomendable sería dormir entre 9 y 11 horas.
- Adolescentes (14-17): el rango de sueño aumentó en una hora a 10,08 horas (antes era entre 8,5 y 9,5)
- Adultos más jóvenes (18 a 25): entre 7-9 horas al día, y no menos de 6 ni más de 10-11.
- Adultos (26-64): lo ideal sería dormir entre 7 y 9 horas, aunque no siempre se logra.
- Adultos mayores (de 65 años): lo saludable es descansar entre 7-8 horas al día.
Qué le pasa a las neuronas si dormimos menos tiempo
Seth Grant, neurocientífico de la Universidad de Edimburgo y lideró el estudio publicado en Current Biology. Este consistió en seguir el período de sueño de unos ratones y prestar especial atención en las sinapsis, es decir, la forma de comunicación y unión entre neuronas, que luego se transforman en señales que viajan por el sistema nervioso.
En ese sentido, junto a sus colegas modificó ratones para que produjeran versiones fluorescentes de dos proteínas muy estudiadas que se producen en las sinapsis, llamadas PSD95 y SAP102. Luego, tomaron imágenes del cerebro de los objetos de estudio clasificaron las sinapsis en tres tipos, dependiendo de si tenían alguna de estas proteínas o ambas.
De esa forma y calculando otras variables como el tamaño y la estructura de cada sinapsis llegaron al número de 37 subtipos distintos de sinapsis. A partir de esto, decidieron investigar como cambia la sinapsis con la privación del sueño.
Es así que compararon a ratones que habían dormido lo normal con aquellos que mantuvieron despiertos por varias horas. El resultado es sumamente interesante, ya que, si bien la cantidad de sinapsis no varió en número, sí disminuyó en variedad en los animales que no durmieron los suficiente. Se notó principalmente en dos zonas del cerebro asociadas al aprendizaje y la memoria: el córtex y el hipocampo. Esto significa que disminuyó el número de sinapsis que reciclaban proteínas rápidamente, mientras que aumentaron las de reciclaje lento.