"Meeeeessi, Meeeessi, Meeeessi", fue la ovación que bajó desde los cuatro sectores del estadio Monumental en reiteradas ocasiones. Y no era para menos. El mejor jugador del mundo, que volvió a vestir la camiseta de la Selección argentina tras su ausencia en la anterior fecha FIFA, dio una nueva muestra de su calidad.
Convirtió el primero, el quinto y el sexto en la goleada de la Albiceleste ante Bolivia. Como si fuera poco, fue el artífice de las asistencias para los goles de sus compañeros de ataque: Lautaro Martínez y Julián Álvarez. De esta manera, a sus 37 años, sigue rompiendo récords.