Colón arrancó la temporada de la Primera Nacional como el gran candidato a lograr el ascenso, por grandeza dentro de la categoría y por jerarquía del plantel, ya que lo dirigentes lo nutrieron de calidad y experiencia.
La fórmula rápidamente comenzó a dar resultados, ya que el Sabalero se cortó en la punta de la Zona B de la Primera Nacional. Así las cosas, pudo confirmar todo lo que generó antes de comenzar el campeonato, con una importante cosecha de puntos.
Pero a los primeros golpes que recibió los sintió muy de lleno, como las derrotas ante Gimnasia de Mendoza, Defensores de Belgrano y San Telmo, y tras haber caído en un pozo futbolístico los dirigentes decidieron cortar con el ciclo de Iván Delfino.
En tanto que en el medio se conoció de una controversia interna en el plantel sabalero, la cual reconocieron referentes como Javier Toledo y Paolo Goltz, mientras que lo propio hizo Rodolfo De Paoli, quien secundó a Delfino.
Tras la salida de De Paoli los dirigentes optaron por Diego Osella, quien solo ganó un partido y le falto generar rebeldía en su equipo para ir en busca del gran objetivo del ascenso, como ocurrió con los tímidos empates ante Chaco For Ever, Atlético de Rafaela, y sobre todo este lunes ante All Boys.
La permanencia de Colón en la categoría le significará una merma económica muy importante, ya que estará cerca de tres meses sin acción oficial, con una masa societaria que podría disminuirse, como suele ocurrir con todos los equipos, pero en este caso potenciado por la frustración de una campaña para el olvido.
En tanto que también habrá una refundación del plantel, con jugadores muy importantes, incluso para la historia del club, que no serían considerados, y una contratación de futbolistas que se dará con un poder económico muy inferior al que se contó para esta temporada, en relación a cómo disminuye el aporte de la AFA para los segundos años de los equipos que descienden de categoría.