Los dos asesinos de General Rodríguez que aún quedaban por apresar fueron encontrados esta mañana en el interior del molino arrocero Spalletti, en Cayastá, donde además mantuvieron como rehén al empleado, Martín Franco.
Franco antes de presentarse a trabajar le pidió a la policía que lo acompañe. Cuando ingresó, a las 7:30 de la mañana, le salieron un par de sujetos y lo redujeron. Pero sucedió que poco después sospecharon de la situación y llegaron las TOE -Tropas de Operaciones Especiales, integrantes de la Policía de Santa Fe-. Franco estuvo 40 minutos como rehén.
Franco declaró "estaban de verde, con un chaleco de Gendarmería, me apuntaron y me bajaron, yo venía en un tractor". Además aclaró que le dijeron que no se iban a entregar porque todo se trataba de una confusión y que ellos no eran las personas que buscaban, Cristian Lanatta y Víctor Schillaci. Agregó que lo amenazaron: "si yo no colaboraba con ellos, no tenían problema de usarme de escudo". Lanatta y Schillaci le preguntaron sobre los controles y como podían hacer para llegar hasta Reconquista para ir a Paraguay.
En efecto, al momento de ser apresados se les encontraron armas de puño cargadas. Tenían armas largas escondidas a metros del molino, que fueron halladas por los agentes por las propias indicaciones de los evadidos. Sin embargo, no hubo enfrentamiento entre las fuerzas y ellos.
Estado de salud
Al ser hallados, Cristian Lanatta y Víctor Shillaci estaban extenuados. Una vez en la jefatura de Helvecia, pidieron comida y bebida.
Además, tenían hematomas y escoriaciones, pero su estado de salud era estable, lo cual posibilitó su traslado a Buenos Aires. Así fue confirmado por el médico de dicha dependencia de la Policía de la Provincia de Santa Fe.