Mientras el Titanosaurius, el dinosaurio más grande del mundo, es la nueva estrella del Museo de Historia Natural de Nueva York, otro dinosaurio apareció ahora y puede opacar su estrellato. Es el Notocolossus gonzalezparejasi, descubierto en Mendoza por un grupo de investigadores argentinos. La nueva especie se encuentra entre los dinosaurios más grandes conocidos por la ciencia. Además, proporciona una información “clave” sobre la anatomía de la extremidad trasera de los titanosaurios gigantes, los cuales son considerados generalmente como los animales terrestres más grandes que han existido.
Notocolossus fue descrito a partir de huesos fósiles pertenecientes a la espalda, cola, pata delantera y pelvis, sumando además, un pie posterior completo. El artículo que describe este descubrimiento apareció el lunes en Scientific Reports, una revista de libre acceso de los editores de Nature.
Los huesos fósiles de Notocolossus fueron hallados en Malargüe, en el sur de la provincia de Mendoza (Argentina), en rocas de fines del Período Cretácico, cuya antigüedad se estima en 86 millones de años. Los ejemplares fósiles fueron descubiertos por el líder del estudio, el paleontólogo argentino Bernardo González Riga del CONICET, IANIGLA, y el laboratorio de Dinosaurios de la Universidad Nacional de Cuyo. Otros miembros del equipo fueron los paleontólogos Matt Lamanna, Leonardo Ortiz David, Juan Coria y Jorge Calvo.
Según el doctor González Riga, “los titanosaurios gigantes fueron las criaturas terrestres más pesadas que han existido. Las extremidades traseras de estos dinosaurios, fundamentales para conocer su tipo de locomoción y modo de soportar el peso, no eran completamente conocidas. Ahora tenemos nuevas evidencias que ayudan a resolver parte de este misterio”.
Los titanosaurios son un grupo numeroso y ciertamente enigmático. Son saurópodos, es decir, enormes herbívoros con largo cuello y cola. Representan lo que mucha gente piensa cuando oye la palabra “dinosaurio”. Comprenden más de 60 especies y vivían en todos los continentes. Su peso variaba entre el de una vaca hasta el de una ballena jorobada. Los titanosaurios fueron los herbívoros más abundantes de Gondwana (continentes del Hemisferio Sur) durante el Período Cretácico, el tercer y último período de la Era Mesozoica, o “era de los dinosaurios”. A pesar de su extraordinaria riqueza de especies y la diversidad en el tamaño del cuerpo, no se conocen bien muchos aspectos de su anatomía, evolución, comportamiento y ecología. Esto se debe principalmente al hecho de que la mayoría de estos dinosaurios se conocen a partir de esqueletos incompletos, una situación que, con sólo unas pocas excepciones, es particularmente pronunciada en los titanosaurios gigantes. Dice el doctor Lamanna: “La mayoría de los grandes titanosaurios son conocidos mediante unos pocos huesos, lo que limita el conocimiento que pueden generan los paleontólogos”.
La evidencia sugiere que fue uno de los animales más pesados que haya sido descubierto en la Tierra. Aunque el carácter incompleto de su esqueleto impide realizar estimaciones precisas de su tamaño, su húmero (hueso del brazo) mide 1,76 metros de longitud y es más largo que el de cualquier otro titanosaurio conocido, incluyendo los gigantes Dreadnoughtus, Futalognkosaurus y Paralititan.
Las proporciones corporales de Notocolossus fueron comparables a los de los titanosaurios mejor preservados: la nueva bestia tenía alrededor de 25–28 metros de largo y pesaba entre 40 y 60 toneladas, es decir, de 9 a 13 elefantes juntos. El tamaño descomunal y la localización argentina inspiraron el nombre de este género, Notocolossus, que se traduce como “gigante del sur”. La especie se refiere a Jorge González Parejas, un abogado con sede en Mendoza que ha hecho contribuciones significativas para la protección del patrimonio paleontológico.
El enorme tamaño alcanzado por los saurópodos gigantes ha generado un gran interés para la biología. Notocolossus es el primer titanosaurio verdaderamente gigante que ha preservado uno de sus pies en forma completa. Curiosamente, sus pies muestran características anatómicas diferentes a la de otras especies, tales como metatarsos y falanges excepcionalmente cortas y robustas. Por otra parte, sus pies presentan un reducido número de falanges, menor que la de otros saurópodos.
¿Por qué estas enormes criaturas –aparentemente– encogieron sus pies? Por ahora esto es un enigma, pero está en marcado contraste con la tendencia evolutiva observada en otro grupo de animales terrestres colosales, los elefantes y sus parientes cercanos. Ellos, en lugar de disminuir su número de huesos en los dedos del pie, los aumentaron a lo largo de su evolución.
En suma, las patas traseras de elefantes y saurópodos muestran estrategias evolutivas diferentes para sostener sus cuerpos. “Ahora que tenemos todo el pie de un titanosaurio gigante, podemos aprender más acerca de cómo estos dinosaurios fueron capaces de soportar más peso que cualquier otro animal terrestre en la historia de la vida”, señala González Riga. “Argentina era verdaderamente la tierra de los gigantes durante el Cretácico y Notocolossus nos da nuevas evidencias de cómo estos gigantes alcanzaron tamaños colosales”, concluye el paleontólogo.