La prenda tiene adherido un sensor ultrafino y flexible que mide la postura, el ritmo cardíaco o el número de calorías ingeridas y quemadas, indicó a Efe un portavoz de la empresa tecnológica NEC, una de las dos compañías que fabricaron la prenda junto a la textil Gunze.
El aparato obtiene los datos de la fibra conductiva de la remera y los envía de forma inalámbrica a un teléfono inteligente, donde el usuario puede comprobar y analizar la información con una aplicación específica.
La idea es que la aplicación proporcione a partir de esta información consejos sobre cómo mejorar el propio rendimiento o un programa de entrenamiento específico a aquellos que usen esta prenda -transpirable y elástica- y practiquen deporte.
De hecho, Gunze tiene previsto introducir este mismo año el producto en la cadena de gimnasios que posee en el oeste de Japón.
Aunque aún no hay nada decidido, de momento se baraja la posibilidad de que los clientes del gimnasio alquilen mensualmente la camiseta, explicó el portavoz de NEC.
El sensor se puede retirar a la hora de lavar la camiseta, que aún carece de nombre comercial definitivo, apuntan también sus fabricantes.