Jorge Caminos, director del Grupo de Estudios sobre Energía de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), explicó que para poder ahorrar energía en necesario cambiar cierto hábitos.
Contó que existe un derroche de energía eléctrica, pero solo cuestión de enseñar para que esto cambie. Con el consumo inteligente puede ahorrarse hasta un 20% de electricidad.
Con el aumento en la factura de la Empresa Provincial de la Energía las personas buscan la forma de gastar menos. Sin embargo, Caminos destacó que es necesario entender que "a la energía no solo tenemos que ahorrarla porque aumentó, sino porque es fundamental para nuestra vida, si tenemos en cuenta de que no es renovable va a llegar un momento en que no se va a tener mas. ”
Estimular el uso racional de la electricidad tiene dos grandes ventajas, como mínimo. La primera, que se puede amortiguar el creciente peso de la factura en un horizonte económico que pinta difícil, al menos en el mediano plazo. La segunda, que aprender a usar con inteligencia cada vatio puede aliviar la presión sobre las centrales que generan electricidad en el país, con costos ambientales muy importantes.
Caminos comentó "en los últimos 40 años, en Argentina, cuando la población creció dos veces, el consumo creció cuatro veces". Esto Tiene que ver con las nuevas tecnologías que hace que consumamos mayor energía. Durante los últimos 20 años, la matriz energética argentina fue perdiendo terreno frente al crecimiento de la demanda de potencia. Influyó la falta de inversiones, el congelamiento de las tarifas y las dificultades y falta de decisión política —o la elección de otras prioridades— para llevar adelante las recomendaciones de los técnicos.
En la actualidad en el país hay capacidad instalada para generar algo más de 26.000 megavatios, contra una demanda que en enero hizo un pico de 24.885 megavatios (22/01/16), según los registros de Cammesa, la administradora del mercado de energía. El problema es que el sistema funciona con una muy baja capacidad de reserva, que debería ser del 25 % (6.000 megavatios) y apenas fue del 5 % (1.115 megavatios) en la cifra récord de mediados de enero.
Un plan de ahorro
- La primera recomendación es usar los electrodomésticos correctamente. Esto implica utilizar el aire a 24º, para que el motor no trabaje todo el tiempo para mantener unos otoñales 18º, revisar los burletes de la heladera para que no pierda frío y no dejar los equipos en stand by para evitar ese consumo innecesario.
- Es fundamental pensar toda la casa para un manejo eficiente del consumo eléctrico. Es una estrategia que comienza en que tenga la orientación adecuada y un correcto aislamiento (en el mercado hay ventanas y aberturas con vidrios dobles, que son mucho más eficientes). También es clave sellar las aberturas y puertas, para que no escape el frío y el calor en el invierno, y utilizar materiales eficientes, desde el punto de vista energético, en las reformas o en la construcción de la casa.
- Hay que sumar la posibilidad de utilizar energías renovables. Con los precios actuales, a los que hay que agregar un previsible aumento del gas, ganan competitividad los calefones solares y los paneles fotovoltáicos para generar energía en casa.
- Se pueden diseñar políticas para premiar a quien hace un uso inteligente del servicio. Los vatios podrían ser más baratos de madrugada, para acostumbrar a la gente a que programe el lavarropa para que funcione de noche y así reducir la demanda de potencia en los horarios pico de la mañana y la tarde.
- Usar lo que corresponde: lavar la máxima cantidad de ropa, planchar todo lo que se pueda cuando se enciende el aparato, cerrar las ventanas y puertas cuando está prendido el aire acondicionado, Apagar luces en lugares que no necesitamos que estén prendidas.