El gigante de la informática Google, con su buscador más popular del mundo, anunció su desembarcó en La Habana. En la capital de Cuba, la empresa ya inauguró un centro tecnológico, donde ofrece acceso gratuito a internet a una velocidad de conexión muy superior a la que provee Etecsa, el monopolio estatal bajo control del régimen.
Según un artículo publicado por el periódico La Vanguardia, Google propone un servicio gratuito por razones de mercadotecnia a largo plazo, no de altruismo. Se trata de branding, de crear una marca para el futuro, en un país en plena pubertad informática, sediento por enchufarse a la red global.
En el nuevo centro, dotado de 40 plazas, podrán familiarizarse con la tecnología de última generación que produce Google, como los cardboard, unos visores de realidad virtual para teléfonos móviles, facilitados por la compañía. Desde el cibercafé ya se realizan trasmisiones en línea de actividades educativas con la comunidad.
Los usuarios también disponen de 15 ordenadores portátiles Chromebook, con enlace directo a la nube. Una experiencia novedosa para la mayoría de los cubanos, acostumbrados a las conexiones lentas y al uso del sistema operativo Windows.
Con uno de los índice de penetración de banda ancha más bajos del mundo (no supera el 1%), la isla cuenta con 70 puntos de acceso inalámbrico a internet, situados en parques públicos.
El monopolio estatal Etecsa provee el servicio a precios prohibitivos y velocidad deplorable, además de censurar las páginas web que considera oportuno. Navegar en el sistema oficial cuesta dos euros la hora, una cifra descabellada en el mundo capitalista aunque posible en la Cuba socialista, donde el sueldo promedio no supera los 15 euros mensuales. Según el Banco Mundial, sólo el 30% de los cubanos accede a la red.