Nada de escribir en el pizarrón cien veces "No debo...", como ocurría en siglos pasados. Gu Huanmeis, un estricto profesor de la Universidad de Ciencia Electrónica y Tecnología de Chengdú, al sudoeste de China, decidió adaptarse a los nuevos lenguajes de los jóvenes y encontró una manera efectiva de "persuadir" a sus alumnos para que sean puntuales. Si llegan tarde a sus clases, deben dibujar mil emoticones similares a los que utilizan cada día en las redes sociales. Si, ¡mil!
El docente le entrega al alumno castigado un "manual" con cientos de modelos de emoticones, signos y símbolos ya existentes, que debe reproducir en una hoja. Aunque también puede optar por crear sus propias versiones.
Huanmeis asegura que no se trata sólo de un ejercicio de escritura mecánica. Según él, es un método ingenioso para obligarlos a concentrarse en cada trazo y a ejercitar el cerebro para incorporar nuevos conocimientos.
Las imágenes, que rápidamente se viralizaron en la web, muestran renglones y renglones de símbolos que seguramente reflejan una variada gama de emociones.